VENCIDOS CON SUS PROPIAS ARMAS

El economista José Carlos Díez, kerynesiano y autor de éxito, ha desmontado una a una las afirmaciones de Rajoy en su última comparecencia, valiéndose de las propias cifras oficiales, sustituidas por el felón de marras mediante fantasías constantes, a las de intentó dar patente veraz. 

La realidad de un gobierno y su partido, devastados por la corrupción y los fracasos constantes, no presagia que el nuevo año sea auspicioso para esa tropa. Las mentiras, surten efecto cuando sus destinatarios las aceptan de buen grado. Por contra, cada día menos españoles son crédulos ante la falsa grandiosidad de una gestión oficial que hunde al país. Y con él, a millones de ciudadanos, sumergiéndolos en la pobreza y sus dramas inherentes, agravados por constantes ataques al empleo, la salud, la educación, y el conjunto de una vida digna de ser vivida que deviene pesadilla. 

Las cifras semiocultas que destapa Díez, son en tal sentido aterradoras. España se endeuda, mes tras mes, en 10.000 millones de dólares. El fracaso de la Reforma Laboral ha ensanchado en corto tiempo la cota del desempleo en más de dos millones, en relación con la famosa "herencia recibida" del gobierno socialista. En cuanto a la famosa "competitividad" de la economía local, fruto podrido de sueldos bajos y empleo precario, no registra pulso aceptable. Tampoco las cacareadas exportaciones, ante un mercado europeo en crisis; cuadro agravado por las apreciación del euro y la extrema debilidad del crecimiento europeo. De las sucesivas reformas bancarias, alimentadas por préstamos del BCE, se han esfumado más de 30.000 millones, sin que el crédito a las familias, el comercio y las pymes despunte en el horizonte; mientras la deuda exterior, privada y pública trepa en los dos últimos años, desde los 700.000 millones del 2011, al billón, sin que presagie detenerse.

Estos son los logros reales de Rajoy y su banda de desalmados. En el apartado genocida se han lucido, al recortar salvajemente presupuestos en salarios, prestaciones, salud, educación y bienestar social, gravando además las facturas de energía, agua, e impuestos, directos e indirectos. La fábula de la recuperación colisiona decididamente con esta realidad global, penosa y miserable, que se pretende resguardar con nuevas medidas represivas y supresión de libertades. El reciente proyecto antiabortista y el disparadero de los tributos energéticos lastran en sí mismos cualquier ponderación que destine el energúmeno de La Moncloa a su burdo enfoque de una realidad, propia de su imaginario rupestre. Una fuga en falso que José Carlos Diez desenmascara, asumiéndola desde cifras semiocultas, como sin cifras a mano pero en carne propia lo sentimos millones de víctimas en la tropelía constante. 

Esa es la auténtica barrera, blindada ya contra dislates, ante semejante desgaste de los victimarios, impedidos de superar triunfales la estafa perpetrada en dos crueles años, junto a los auténticos poderes que gobiernan este país desde el exterior. Ni unos ni los otros lo harán por mucho tiempo. Y no me estoy refiriendo al período que legalmente permite operar a un gobierno surgido del voto popular, pues éste, traicionado desde sus inicios por la maquinaria del PP, ya es repudiado, salvando una minoría, por sus ciudadanos (entre ellos, cuentan millones de aquellos votantes que le dieron mayoría absoluta), cada día en todo el territorio. 

Son las olas que crecen, avanzando sobre las rompientes del poder. Ante tal condición espuria y semejante fracaso de cifras que cantan, no hay ninguno que dure mucho tiempo...