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lunes, 23 de diciembre de 2013

LOS ADELANTADOS DE LA OTRA ESPAÑA


El Tribunal Supremo Madrileño se contradice en un fallo abstruso y miserable sobre el Juez Silva. Hasta cuándo aguantará el Poder Judicial este grado de corrupción que lo invade? El desequilibrio en dos de los poderes fundamentales del Estado (Ejecutivo y Legislativo) comporta un hecho penoso e incontrastable. Los indicios de contaminación en la judicatura, empezando por el Fiscal General-fiel siervo de sus señores-, son una realidad de alto riesgo para la sociedad española. Abriendo a corto plazo, las puertas de la anarquía y la abierta criminalización de vastos sectores empobrecidos, que se unirán a los que hoy mandan desde las altas esferas del gobierno y su partido, la banca y algunos compadres del preso Díaz Ferrán, ex jefazo de la CEOE. 
Como si ello fuera poco, los síntomas de descomposición institucional generalizada, recaen pesadamente sobre la monarquía constitucional y su verdadera noción de la cacareada "justicia para todos", ampliamente documentada por el affaire del matrimonio Urdangarín, junto a la sobreprotección que la fiscalía, el gobierno y la derecha brindan a la Infanta Cristina y su padre, el decadente monarca, complementada por las presiones que llueven sobre el Juez Castro, otro magistrado que, como Elpidio José Silva, cumplen con su deber profesional y moral.
Cuando en un país se extravían los valores de decencia, honestidad y patriotismo, el caos deflagra y galopa raudo, destruyendo la vida a su paso, como un jinete de la muerte. El panorama que hoy refleja el sur europeo, y España en primer término, es el del ocaso y la vuelta al pasado más oprobioso y cruel. Revertir esta regresión moral y material requiere valor, audacia y temple. Son los que acompañan a gente como Ada colau, Diego Cañamero, Sánchez Gordillo, multitud de colectivos sanitarios, educativos, estafados de la tercera edad por las Preferentes en todo el territorio, y los jueces Silva y Castro. Ellos, los adelantados de la otra España no se arredran, anunciando una época regeneradora de tanta miseria, vergüenza, miedo y opresión.

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