Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 8 de septiembre de 2013

AYER, HOY Y MAÑANA

  La compatriota de Hitler y el de Franco, estrechando pezuñas con una sonrisa



Llegan duras estadísticas sobre los españoles que migran a Alemania. Las dos terceras partes de ese contingente, juvenil en su mayoría, regresan decepcionados. A diferencia de la antigua corriente migratoria, el filtro se procura los más cualificados. Aquellos en los que invertimos los  abundantes presupuestos públicos del pasado. Es una expropiación de bienes en toda regla.

En el reino de Merkel y el Bundesbank las reglas de juego admiten ciertas semejanzas con la política nazi en los territorios ocupados, girando parte de su población laboral a los "acogedores" predios del Tercer Reich. Era una leva forzosa y militarizada. A esta otra la militarizan el hambre y la falta de futuro. Es la "movilidad geográfica" que define nuestra indigente fregona de la cartera laboral, Fátima Báñez, ocultado su forzosa e infame circunstancia. Trabajar en el supuesto paraíso implica dominar el idioma vernáculo. No sirve el inglés. También conlleva el respeto estricto por las reglas y normativas virtualmente prusianas que rigen para la fuerza de trabajo, de abultados minijobs. La tierra de los caballeros teutones lleva en su ADN esa antigua premisa disciplinaria, no exenta de fanatismo voluntarista y manifiesta crueldad. 
Durante la invasora dictadura nazi, países europeos forzosamente rendidos a la pesadilla de su potencia militar entregaban a la feroz e insaciable maquinaria de guerra la sangre, el sudor y las lágrimas, que Winston Churchill reservaba para resistir con valor esa enorme voluntad homicida de la potencia bélica alemana.
Los tiempos de guerra han cambiado, no en cambio su naturaleza. La irrupción armada halló su reemplazo siete décadas después de enterrados Hitler y su régimen genocida, en las finanzas y la economía de un país reunificado gracias a sus vecinos oficiosos. No habíamos aprehendido las lecciones de la Historia...
La colaboración de las élites políticas en países como España, Grecia, Portugal, Irlanda e Italia en esta política tentacular, valiéndose del control absoluto de la UE y la moneda asimétrica y el pago compulsivo de las deudas con la banca teutona, no dista mucho de la que prestaron entonces en países ocupados los Pétain, Hörty, Quislig y Laval. También Franco, que era en realidad un invasor interno. En todos los casos y mientras no se tratase de burgueses judíos, el ocupante permitió que las clases altas, pese a la mengua de ingresos, desviados compulsivamente al territorio conquistador, disfrutaran de buenos niveles de vida. De hecho, constituían los mejores aliados de su sangrienta cruzada.
En la ocasión, los servidores del V Reich se valen de una democracia continental en plena erosión. Los Rajoy, Samaras, Leta o Passos Coelho desempeñan el papel entregador de la soberanía, el espacio social de bienestar, los salarios del pasado y parte de la juventud, su brío y talentos, con puntual eficiencia, ante la desorientación de ciudadanos acostumbrados a votar, y poco más.
Entre las muchas semejanzas del ayer y el hoy en Europa, despuntan la constante erosión de la clase media y la devastación proletaria, afirmada en Grecia y España por las altísimas cotas de paro. Sin disparar un tiro Merkel y sus huestes han conseguido reforzarse. Fue a costa del pavoroso empobrecimiento de los países del sur. En ellos, miseria y desesperación presagian muertos. 
No son ni serán despedazados por las bombas y la metralla, pero la consecuencia última llega de un modo u otro, con el final de la vida...

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