Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

jueves, 9 de abril de 2009

LA LLAGA DEL HORROR Y EL ESPERPENTO.

Il Cavaliere fingiendo cariño a una damnificada de L´Aquila.

La tragedia del terremoto sembró el dolor entre los abrucenses, arrebatándoles vidas, hogares y futuro, conmoviendo al mundo.
Las cifras que suman víctimas y heridos graves son aterradoras.
Sin embargo, lo más hondo de este drama peninsular radica en la persona de su Primer Ministro, Silvio Berlusconi.
Votado masivamente sin cuestión ante el fracaso político de sus rivales, representa el magma de un país situado en la deriva moral.
Sólo así se entiende que un reconocido delincuente y racista, amo de los medios ensorbecido en su poder (y por el de una segura enfermedad mental), pueda frivolizar en público el crimen, o los devastadores temblores de tierra que estragan a sus gobernados con gran desparpajo, y lo qué es peor aún, mediante absoluta impunidad.
Tenemos presente la psicopática negrura de su pretendido humor en el pasado febrero, satirizando a las víctimas que los cachorros de Massera y Chamorro arrojaban al Río de La Plata en los vuelos de la muerte de los años ´70.
Sin embargo la paranoia, que no conoce fronteras ni asume grupos de pertenencia, le reactivó el Alien al malnacido.
Ajeno a las críticas que le destinó la prensa universal ante el previo dislate, la emprende ahora con sus recientes difuntos, recomendando a los acongojados compatriotas sin techo, asumir las consecuencias del terremoto en L´Aquila, "como un camping de fin de semana, por cuenta del Gobierno".
Los periódicos y medios audiovisuales del planeta han informado en detalle sobre la más extensa parrafada y sus consideraciones.
Por ello, huelga reproducirlas;aunque quepa enmarcarlas en un contexto de criterio más amplio.
Qué yo sepa, Il Cavaliere no es un dictador africano o asiático. Lo "reparió" la tierra del Renacimiento y el Dante; la del Risorgimento y el Neorrealismo.
O sea, la cuna espiritual y artística del mundo moderno.
Si el devastador sismo italiano precipitó un hondo drama popular, el mayor radica en una enferma sociedad civil, incapaz de restaurar la moral social en todos los ámbitos.
Berlusconi es apenas su consecuencia en la superestructura de poder.
Cuando me refiero a la moral social, señalo al conglomerado europeo; aunque la llaga peninsular sea la que hoy vierta su purulenta cuota de horror y esperpento...

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