La corrupción endémica en el Partido Popular no puede ser borrada por una mayoría absoluta caducada en los hechos, ni por un presidente muy desprestigiado, y metido en ella hasta las cejas. La Trama Madrileña fue hasta hoy, la última gota que colmó esta jarra envenenada, en la que la hidra de varias cabezas, Esperanza Aguirre, ex presidenta comunitaria y férrea controlando hasta en las más lejanas instancias el partido desde su actual cargo, era el hada madrina de su lugarteniente, el hasta hace poco sonriente "chulo" Francisco Granados, junto a otras muchas tramas delictivas. Su amor por el poder y la instrumentación de almas corruptas es digno de Lady Macbeth y su marido juntos.
Ante el apoyo de Rajoy, solidarizándose con sus falsas disculpas(qué remedio!), le respondió horas atrás con un feroz navajazo crítico, descalificándolo como candidato a una imposible reelección en la próximas veladas electorales. Esa es la atmósfera que impera en el interior de esa formación parafascista. A esta altura, en esa cueva de Alí Babá reina el "sálvese quién pueda", ante la perspectiva de una debacle en las urnas. La más merecida desde que la UCD, el partido de Adolfo Suárez se desintegró en el ´83, y el PSOE de Felipe González y Rodríguez Zapatero casi lo hace a finales del 2011. La que se avecina, sin embargo, amenaza para el PP y su gobierno/basura, resultar la más catastrófica, y seguramente hará historia, señalan las encuestas.
La destrucción del contrato social en el Sur de Europa obedeciendo a Markel tiene un precio, y la espesa trama político empresarial en el país más afectado, después de Grecia, lo pagará muy caro.
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