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sábado, 4 de octubre de 2014

BRASIL: APUESTAS MORTECINAS

  Aecio Neves y Marina Silva. Los dos segundones


Controlados por neoliberales, los medios de prensa y audiovisuales en Brasil se vuelcan en Aecio Neves, una vez desinflado el invento Marina Silva. Tratan de evitar que el PT y su candidata ganen en primera vuelta. 

En esta justa electoral se juegan mucho más que cuatro años de un futuro gobierno. Se decide, en crucial instancia, el porvenir de este gran país, dentro o fuera de la política social dominante en el área continental. Esa es la seria disyuntiva. La pandilla neoliberal, auspiciada a bombo y platillo por Washington, la Europa alemana, el FMI y las grandes corporaciones financieras que representa la superclase globalizada en Occidente, intentan absorber este mercado potencial, esquilmándolo en beneficio propio. Si cae Brasil, asediado hoy por la crisis económica mundial, y el cierto desgaste populista- al que se agregan asuntos de corrupción-, terminarán de caer Venezuela, y una Argentina que resiste el ataque de los fondos buitre con valor, lidiando con sus sátrapas internos de la política y la economía, especies tan peligrosas y agresivas como las brasileñas. 
Se procura desde estos frentes, acabar con el Mercosur, los Brics y todo intento de fraternización social y política en tierras latinoamericanas. Lleva razón Dilma Rousseff cuando advierte que, durante su mandato salieron de la pobreza veintidós millones de compatriotas. Ya en los turnos de Lula, y con una tasa de crecimiento anual muy favorable, otros tantos fueron beneficiados. Las viejas conquistas sociales se redoblaron y el empleo creció extraordinariamente. Merced a esas políticas distributivas, la nación salió del funesto Mapa del Hambre, si bien los déficit en sanidad y educación siguen acusados, lastrando un crecimiento dinámico. 
La inflación es otro factor a combatir. Buena parte de la misma es importada, causando una seria depreciación en el poder de compra de las clases populares. La cháchara de "sostenibilidad" que Silva y Neves auspician disfraza mal el verdadero objetivo de estos peones de los mercados: el reajuste financiero y social, recortando el gasto público, con el auxilio de un Banco Central, formalmente "independiente", y planes económicos draconianos, al estilo de Fernando Henrique Cardoso, ex presidente y gurú en activo, del que muchos brasileños guardan un mal recuerdo. 
Estimo que Dilma vencerá, probablemente en la primera vuelta. Los malos recuerdos, todo hay que decirlo, pesan más en estas elecciones que las virtudes propias del PT y su candidata a la reelección. Por esa razón aconteció la breve primavera electoral de la ex telonera Marina Silva tras la muerte de Eduardo Campos. Ni bien abrió el pico la oscura paloma, fue perdiendo oxígeno en un mar de trinos aparentes y crudas realidades. Era un mero juguete de intereses espurios, presagiando, de ser elegida, un desastre monumental en las calles y plazas de este gran país a cortísimo plazo. 
Vuelvo al duelo Neves-Silva. Sus respectivos promotores se apuntan a conseguir senadores y diputados que pongan en dificultades de gobernabilidad al PT. Es eso, xoder en lo posible. Que lo consigan no dependerá de su control mediático y dinero a espuertas, sino de lo que haga Dilma en su segundo inquilinato de Palácio do Planalto.

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