Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

miércoles, 23 de julio de 2014

UNA NUEVA REFLEXIÓN SOBRE 'LA SAGA DE LA ESFERA BRILLANTE II"



La opción de introducirme en la fantasía, situando el escenario en otro planeta presentaba riesgos. En general, cuando se aborda un territorio tan vasto, es usual el descarrilamiento en la fantasía heroica, sus monstruos, los héroes musculosos o niños precoces que hacen las veces, y etc. En cambio, yo tenía ideas muy concretas al respecto. Son las que redacto a diario sobre historias reales, actuales o pasadas, del mundo en el que vivimos. Luego, busqué analogías y símbolos que nutrieran mi imaginación. La crisis actual del siglo XXI se presta a ellas. Es una mina de oro poco explorada por la fantasía. Sí, tan mareados estamos por la mercadotecnia vacía de humanidad. 
Los grandes autores del pasado escarbaron las entrañas de sus sociedades, siempre en conflicto, describiendo pugnas globales, familiares e individuales, en el ajustado retrato de aspectos vitales en su tiempo. Pusieron imaginación y voluntad en ello. Mi intención fue seguir esa huella, ofreciendo al lector, inteligente y sagaz, buenos reglones. Cosas enlazadas a los sentimientos, las ideas y las emociones, en clave dramática, no exentas de ironía, ni, esto es quizá lo más importante de mis escritos, ideales de justicia y equidad social. La idea de un Caballero audaz y valeroso no es nueva; tampoco frecuente en este campo de la fantasía planetaria. La literatura anglo sajona y muchas otras, acudieron a tradiciones religiosas e iconos de civilizaciones de la antigüedad para plasmar historias comerciales. Yo apelé a esto muy vagamente, al crear mis propios códigos y valores, negando de paso al héroe solitario, en beneficio de su inserción grupal, convirtiendo a los valientes y arrojados corales, en una suerte de parteros de la libertad, protagonizada por pueblos ansiosos de romper cadenas de esclavitud y sumisión. La figura central de Errando, Señor de los Bosques en la Esfera Brillante, encarna la vasta experiencia de una vida larga e intemporal. Sus acompañantes, el Hombre Verde y el joven Furio, que es quien va narrando las historias, han sobrevivido a la extinción de comarcas o aldeas, rescatados en épocas diferentes por Errando, e incorporados luego a la troupe que comanda. Todos aportan su destreza y valor, guiados por alguien que, como buen maestro, sabe ser mejor alumno. 
La magia y hechicería desempeñan su rol; también el amor y la amistad. Las escenas de crueldad o muerte violenta ocupan su espacio en la narrativa, fruto de un escenario arcaico, donde no se inventó la pólvora, aunque periódicamente sobrevuelen el cielo platillos volantes. Por encima de todo, se rinde culto a la naturaleza, condenando el racismo y los prejuicios que aún hoy sacuden al Planeta Tierra. Creo que esta serie, sumando ya dos libros, puede ser leída, tanto por niños precoces y adolescentes, como por adultos que crean en la posibilidad de mejorar la realidad. En tal sentido, la fantasía que imprimo al relato, es envoltorio de lo actual. Mercaderes infames organizados criminalmente al modo de las grandes corporaciones, y la globalización de la economía, con sus polos sociales distantes de pocos ricos y muchos pobres; nobles tan vacilantes como tanto políticos actuales, y líderes nuevos llenos de ímpetu y ansias de cambiarlo todo, desfilan por estos renglones, donde armonizan letra y contenidos. El placer de escribirla supera en mucho la cantidad de lectores que llegue a tener. De eso, tengan todos ustedes la más completa seguridad.

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