Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 13 de julio de 2014

EL DRAMA Y LA IMPORTANCIA DEL CAMBIO


Enrocados en la mentira, el partido gobernante y sus aliados socialdemócratas (y otras yerbas) siguen empeñados en demoler por completo la sociedad española, una vez roto el contrato social. No hay retorno para la canalla. Hasta el último segundo de su tramposo mandato, Rajoy y sus huestes continuarán en la brecha, representando los espurios intereses nacionales y extranjeros que sirven fielmente, en medio de una corrupción de alcances galácticos. El panorama patrio no puede ser más negro. Los ataques a Podemos son múltiples y venenosos. La rápida emergencia de esa formación es consecuencia de la perversa lógica empleada durante casi cuatro años de recortes y destrozos. El 15M y las mareas sociales cuajaron al fin políticamente. El naciente partido de Iglesias y su tropa, es, en realidad, un frente social ya operativo, respaldado por votos, y con múltiples encuestas que le auguran un espectacular subidón, en las municipales y generales. Los ecos de esa fuerza social emergen con vigor. Por eso los cambios se desatan parcialmente en el PSOE e Izquierda Unida, mientras los temblores sacuden los estamentos oficiales y los poderes económicos. Entre tanto, la realidad económica va de mal en peor. Juan Laborda lo explica con gran lucidez en sus artículos, enfrentando a los economistas neokeynesianos de la socialdemocracia, objetivos cómplices del neoliberalismo, tal como se observa en todo el continente. Su pesimismo es el de la marcha económica actual, atados como estamos al carromato europeo de Merkel, el FMI y sus órganos. Todos, los de dentro y fuera, saben que la deuda exterior local no para de crecer y no podrá pagarse jamás. Sin embargo, hacen como que no se enteran. Rajoy y Montoro fingen que no tendrán que aplicar un nuevo y brutal ajuste, reclamado por Bruselas, la Legarde y el BCE, para reducir el déficit. Todo indica que entre lo que queda de este año y el que viene, el territorio español será el emporio de la mendicidad. Un paraíso de sueldos de mierda que forzarán ir a comedores públicos, o asaltar farmacias para conseguir medicamentos negados por lo que resta de la sanidad oficial. Quien no se anime a hacerlo enfermará más gravemente o morirá. En ese paraíso de la inequidad, bolsón tercermundista del sur europeo, los niños tendrán que poner el hombro dejando de ir a la escuela para que los padres llenen la olla con patatas y lo que tiran el carnicero o el restaurante al contenedor. Algo de eso existe, por ello es visible la desnutrición infantil, el ataque a los derechos de las mujeres y la dejación de la tercera edad, estafada, ninguneada y desatendida por el gobierno y sus secuaces. El burdo maquillaje de las cifras de paro y desprotección social serían escandalosas en cualquier país civilizado. El nuestro dejó de serlo, por dicha razón integran su paisaje natural. Forman parte de una estafa continuada, mediante la que un sector de políticos y empresarios se enriquece, pretendiendo perpetuar el modelo. Gracias a estos años crueles, de saqueo público e injusticias, nuestro querido país se ha vuelto irreconocible. Aquí, los trabajos precarios, de horas o días, sin protección social ninguna, avanzan como la Marabunta. Ya alcanzan el 50 % de los empleos. Todo eso se acentúa irremisiblemente, mientras el gobierno asesino y sus grotescas criaturas nos advierten sobre los peligros que entraña Podemos, sumando de paso incesantes decretos y leyes represivas al macilento cuerpo social. El peligro hierve aquí mismo, en esta sociedad miserable que se hunde más cada día. Nada puede ser peor que esto. Es digno de una pesadilla. La misma que viven griegos, portugueses e italianos. Sin ser la Franja de Gaza, en la España actual, de no disponer recursos, trabajo o buena salud para aguantar todo esto, enfermas y te mueres. Sí, de asco también se muere la gente. 

Nuestro drama no consiste en que Rajoy, Santamaría, Montoro, Cospedal y todos estos psicópatas existan -en cualquier país del mundo hay gentuza como ellos-, sino que ocupen el poder haciendo lo que les venga en gana, y para colmo, acaben la legislatura como si tal cosa, dejando enorme miseria, rastro despótico e injusticia, inéditas en lineas generales, desde la posguerra. Que toda esta panda criminal es de origen franquista, lo sé desde siempre. El problema es que muchos no lo sabían. Por desgracia, ahora lo sienten en sus carnes. No me alegra, desde luego. Hay que conocer la Historia contemporánea del sufrido pueblo español para entenderlo, y yo, forzoso inmigrante en mi niñez, la conozco bastante bien. Aunque conservo intacto mi optimismo. Nunca es tarde para empezar a cambiar las cosas, así nos lleve muchos años. Lo importante es ponerse en marcha.

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