UNE PARTIE DE CAMPAGNE

Avanza el hombre equivocado por la bellísima campiña gallega junto a su séquito, encabezado por Feijóo, un presidente de La Xunta amigo de narcotraficante, y la ministra de Fomento monclovita, otra incapaz en un elenco de pavorosos incapaces y torticeros. Como ya es costumbre, en vez de ofrecer imagen en plasma, autoriza dadivoso fotos en vivo, sin derecho a que nadie pregunte nada. Es su peculiar idea de lo que debe hacer un servidor público que pagamos casi todos... 
Ésta es la peor cara de la España actual rendida al mandato extranjero implementado por un estafador político, para variar compadre de mafiosos. Así  lo probó con creces el SMS brindado calurosamente a quien hoy disfruta de los predios acogedores en Soto del Real. De paso, el jefe de la comitiva y presidente indebido mintió al Parlamento. Es su costumbre inveterada desde mucho antes del incumplimiento flagrante de su programa  electoral. Pues un mentiroso no se fabrica de golpe y porrazo, va curtiéndolo la vida, a medida que avanza en el sendero que conduce, en su caso al poder, y de paso, a esta caminata vacacional llena de incógnitas, que desvelará una vez retornado a La Moncloa. 
Para los ciudadanos de este país no cabrán sin embargo incógnitas de ninguna clase. Mariano Rajoy Brey volverá a lo de siempre, encabezando su otro paseo, bastante más sombrío que este, bañado por el sol de su tierra natal. La de grandes y pequeños coterráneos; alguno tan odiado como Francisco Franco Bahamonde, a quien una vez definió el propio Rajoy como "autoritario"; no en su calidad de dictador sangriento y genocida. 
A lo de siempre volverá, mientras lo decidan los españoles, hartos de él y su banda, por ahora, hasta que el merecido escarmiento lo decida. Quizá llegue al final de la legislatura, cifrada en dos años más, o el de otro algo abrupto, causado por varias circunstancias que hacia él y su plana mayor convergen como rayos flamígeros, en medio de constantes desaciertos y enormes escándalos que no paran de sucederse en torno a este horrible y retrógrado elenco gubernativo, que el notario de origen y su partido encarnan con tanta precisión.