Tras asesinar a Giacomo Matteotti en 1924, este monstruo ganó elecciones por mayoría absoluta. Un paradigmático ejemplo para otros asesinos del Estado de Derecho y el bienestar social.
Nos
gobierna una virtual dictadura parlamentaria, ejercida mediante Reales
Decretos, con amplias ramificaciones en gobernaciones y autonomías.
La circunstancia, basamentada en una estafa política sin precedentes,
les ha permitido demoler buena parte de los beneficios sociales
conquistados durante treinta y cinco años en tiempo récord.
Favoreciendo a espuertas delitos fiscales,
y el arbitrio empresario, mediante la abominable Reforma Laboral, se
aumentó el paro, complementado por el despliegue de estandartes
privatizadores en la Sanidad y la Educación. La potencia destructora del
bulldozer gubernamental, auxiliado por los bancos, las multinacionales y
la Iglesia, hunde su filosa estaca en el corazón del Estado.
Desde
los poderes Ejecutivo y Legislativo se controlan parcialmente el
Judicial -vías ministro de Justicia y Fiscalía del Estado-, junto a las
competencias represoras de la policía, subordinada al Ministerio de
Interior. El espíritu de cuerpo, la brutalidad, incultura social y
atraso, campan en los legisladores del PP, sus gobernadores y alcaldes.
La caverna y la taberna son sus sellos distintivos.
Pese a los
impresionantes casos de corrupción en el Partido y su Gobierno,
empezando por el señor Rajoy, nadie ha renunciado en los últimos dieciocho
meses de semejante gestión, respaldada ampliamente desde Berlín y
Bruselas.
En 1924, tras ordenar el asesinato del líder socialista,
Giacomo Matteotti, Benito Mussolini y su Partido Fascista obtuvieron la
mayoría absoluta, instaurando una larga dictadura. La estrategia de la
derecha española, clerical, monárquica y neofranquista, consiste en
quebrar el espinazo de la sociedad, subordinándola, a base de
precarización y miseria generalizada. Los métodos represivos del viejo
fascismo, basados en el temor y la desmoralización ciudadana, no han
cambiado de esencia en el trasfondo español y europeo.
Hasta hoy,
el PSOE y el gruesos de sus parlamentarios, gobernadores y alcaldes, ha
facilitado ampliamente esta labor; ya observada en Grecia y Portugal.
Las actuales dictaduras continentales, son por ello parlamentarias. La
que ocupa el poder entre nosotros, es la más feroz y rapiñosa de las
padecidas en el Continente.
La calle tiene la palabra...
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