Oppenheimer y su sonrisa pro israelí
La cita del columnista estrella del Miami Herald viene a cuento de una amable referencia desgranada por la sempiterna Pilar Rahola en su blog. En ella, destaca al caballero como "un buen amigo y gran periodista", reproduciendo su columna referida al creciente antisemitismo, observado desde su periscopio en Latinoamérica.
En un párrafo esclarecedor de su intención, el Máster por la Columbia University "no descarta el derecho a criticar a Israel por emplear una fuerza excesiva (es mío el subrayado) en Gaza".
La fuerza excesiva resultó una masacre espantosa, tras el acorralamiento feroz e impiadoso de los hambreados palestinos en la franja. Lo hemos definido como un holocausto digno del Geto de Varsovia, y así lo reafirman 1400 muertos (muchos de ellos niños) y 4.000 heridos; aguardándose en perspectiva nuevas cargas por el estilo.
Oppenheimer y su sponsor vernáculo (en este caso la diligente señora Rahola) juzgan antisemitas a quienes condenamos esta tragedia perpetrada por uno de los Ejércitos más poderosos, mejor armados del planeta y nada respetuosos del derecho internacional y la condena de la ONU.
Para ellos, la vida de los palestinos vale menos que la de los israelíes, europeos o norteamericanos. Si así no fuese, serían justos en la evaluación. Lo de la fuerza excesiva aplicada a la brutalidad criminal, no deja de ser la liviandad conceptual que ampara el genocidio de un pueblo.
De paso, los coleguis, una desde casa, el otro apoltronado en el hemisferio norte, nos tachan de antisemitas.
He dicho en más de una ocasión que defiendo el derecho a existir del Estado Israelí, estimando especialmente a los judíos como pueblo. Pero esto otro es indefendible por alguien que valore la condición humana sin cortapisas.
Rahola y Oppenheimer ponen dudosos reparos a su defensa. Para ellos hay pueblos humanos, inhumanos o subhumanos. De acuerdo al baremo, Hamás y los palestinos de Gaza son terroristas, puros y duros.
Los inhumanos por acción; los subhumanos por delegación. La respuesta del Ejército judío vendría a encuadrarse en el apartado humano...
Nada es más falso. Los niños de la franja no votaron a Hamás. Quizá tampoco muchas mujeres despedazadas por el fuego enemigo. Y aunque muchas mujeres, viejos y hombres les votasen, lo hicieron democráticamente; hartos de las corruptelas y mangoneos de Al Fatah.
A Rahola, defensora de algunas causas nobles y otras menos, las concretas víctimas de Gaza le importan sobre todo en la esfera teórica. Echando mano del cerebro prescindiendo del corazón, es que relativiza temerariamente los hechos, justificando cualquier dislate de Israel.
El caso de Oppenheimer, un argentino bien afincado en la prensa norteamericana por su comprensible antipatía hacia Fidel Castro, y las más recientes para con Chavez, Lula, Correa y Evo Morales, le interesa la democracia según la ejerce el gobierno yanqui de turno, puertas afuera y adentro.
Las posiciones de uno y la otra ante el drama palestino establecen un compromiso con lo peor de la historia reciente. Es una cuestión política, aunque también de sensibilidad. En la de ambos mandan y ordenan las fobias...
Quizá, a algún cronista respetuoso de la verdad y la justicia se le ocurra escribir algún día otra versión de La Historia Universal de la Infamia; menos borgeana, que adaptada a las tristes jornadas de hoy.
En el relato, más de un cronista defensor de lo indefendible se dará de bruces con la letrina que se merece.
Pd.Pretender guarecerse de la lluvia de críticas ante la impostura invocando a Oppenheimer, equivale a encasquetarse un orinal...
1 comentario:
oppenheimer desde miami nos da recetas a los latinoamericanos... propone la "desideologización" y "no mirar al pasado". qué vergüenza. los asesinos generalmente son burros.
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