Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 1 de abril de 2008

GRAZNIDOS Y ALARMAS

Los primeros salieron esta mañana de la Cope. Losantos está que trina con los movimientos en el PP.
La tertulia era puro graznido contra Soraya (Sáenz de Santamaría) y Rajoy. Quién graznaba era él. desde luego.

A su vera, Ramírez y Francisco Marhuenda (director de La Razón) procuraban atemperarle. Era imposible, y más después que la flamante portavoz desairara a César Vidal rechazándole un gentil hospedaje en La Linterna.

El pandemonio del cuervo finalizó con una frustrada grabación (el sonido era pésimo) del Grupo Risa, la pseudojocosa claque obsequiada por el presentador a sus escuchantes.

Resulta penoso que Marhuenda concurra a La Mañana para ser flagelado de continuo por su respaldo a Rajoy. Losantos utiliza esparrings si alguien de la derecha mariacomplejada se le pone a tiro.
Debiera saberlo de sobra este profesional del periodismo, competente profesor universitario y funcionario de cierta tradición en los gobiernos del PP.
Seguramente, el masoquismo que le disfraza una consciente ansia de notoriedad, le impide resistir la tentación mediática de acudir a un espacio de tanta audiencia, en vez de permanecer en Radio 4, donde por lo menos le respetaban y no hacía el ridículo.

Siendo el masoquismo un calamitoso bien público ampliamente difundido- y a menudo tan amparado por espejismos que conducen a perder la dignidad-, opto por respetar a quienes lo manifiestan con libre albedrío.

Qué lo diga sino José Bono; el terminator sociata de los nacionalismos periféricos (a él le mola el de la Libre y Grande. Y digáis lo que digáis, no es exactamente lo mismo que la Grande y Libre, aunque se le parezca tanto).

Por primera vez desde la Transición, un presidente de la Cámara Baja es elegido -para bochorno del candidato- por mínimos votos (170) y en una segunda ronda. Tampoco es muy normal que algunos compañeros de viaje no le hayan votado (Alfonso Guerra, dixit).

Buen gestor local y mediocre ministro de Defensa, Bono no se merece siquiera ser diputado. La acreditación es legal, desde luego, pero su talante con los sentimientos ajenos señala una baja densidad democrática. Parece que a Gaspar Llamazares (que votó a favor de su investidura congresual) el factor le importa menos que alguna contraprestación.

Ésta, señores, es nuestra izquierda.


La baja en las previsiones de crecimiento (cifradas ya en el 2,4, según cifras oficiales) aumentan el sonido de las alarmas económicas y sociales.

Creo que si en la anterior legislatura mandó la crispación -provocada en gran medida por la extrema derecha mediática y su infulencia aznarista en el PP- en esta otra el componente explosivo lo brindará la economía.

A la derecha le bastará posicionarse contra cada una de las medidas que adopte en este campo el nuevo gobierno ZP, para sacar ventajas de cara a las próximas elecciones, o su probable avance si arrecia la crisis y el gobierno no mitiga sus efectos. Saben además que puede ser útil en la segunda batalla que deben librar desde la oposición el reactivar la vieja política del primer Aznar con vascos, catalanes y gallegos. La misma arroja dividendos sin necesidad de agitar la ruptura de España ni improbables pactos con el terrorismo.

Además, el miedo económico provoca mutaciones insospechadas en el humor ciudadano. De ahí que no considere tan decisivos estos cambios en la cúpula popular.

La certeza de no poder gobernar sin moderar en previa instancia su relación con las grandes mayorías, es la clave estratégica que moviliza a Rajoy y buena parte de sus barones. No es que dejen de considerar a Aznar un ídolo al que debe respetarse. Pero hoy, más allá de la evocación totémica y sus sombrías apariciones, no les sirve.

En esa estrategia (consecuencia de una derrota inevitable a falta de pactos posibles por más dulces que fueran los diez millones y medio de votos) tampoco encajan Federico Jiménez Losantos y sus folclóricas. Sí en cambio Ramírez; dispuesto a influenciar cabezas del PP de cara a un cambio de liderazgo.

En la tertulia de hoy volvió a señalarlo con lógica, no obstante su vocación frankesteiniana de fabricar monstruos en varios órdenes: un moderado de hierro es más atractivo que este notario de sonrisa amedrentada.
Aunque igualmente el hierro se oxide, como las células de todo bicho viviente y las ambiciones políticas de quienes pretenden manipular a los ciudadanos de esta nación.




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