LOS MIEDOS

Lleva razón Gregorio Morán al sostener que la llamada Transición Democrática fue activada por el miedo, tras cuarenta años de dictadura y la miseria de posguerra. De "democrática" tuvo poco por esa razón. Señala además,que las jóvenes generaciones perdieron ese miedo que dobló las espaldas de los veteranos; de ahí la emergencia de "Podemos". Y aquí en parte debo discrepar, porque el miedo sigue instalado en España. De no ser así, el cruel gobierno parafascista del Partido Popular y el señor Rajoy no durarían un minuto más. Claro, es otro miedo sobre el que pivotean hoy el régimen y sus partidos de confianza; el de salir de esta Europa Comunitaria, digna de una ratonera, y carecer de financiación -o sea, de mayor endeudamiento- si no pagamos mediante rigurosa disciplina fiscal, la deuda al Reich alemán y los bancos franceses, abandonando la gravosa Zona Euro y la OTAN, para convertirnos en los desgraciados parias de Occidente. "Unos argentinos cualquiera", dicen sus economistas de orinal, a tenor de la valiente actitud de los gobiernos criollos, primando el pago de la deuda interna en detrimento de la externa desde el 2003, para crecer, imponiendo quitas importantes a un montante fraudulento e impagable de la deuda soberana. Para los grandes bancos y corporaciones hispanas, de estrecha vinculación con las finanzas globalizadas, hacer otro tanto sería un pésimo negocio. Estos intereses voraces son los que priman hoy, y de ellos se hacen eco el PP, el PSOE y las demás formaciones "realistas", olvidándose de la funesta verdad social y económica que afecta a más de diez millones de ciudadanos. La misma que transformó una sociedad más o menos civilizada, aunque de baja cultura política, en el país más pobre del continente, por debajo de Grecia. Qué miedo podrán tener los centenares de miles de desahuciados anuales, los parados, con o sin cobertura, los niños desnutridos, la inmensa mayoría de jóvenes sin empleo ni futuro, y tantos viejos enfermos sin atención, o quienes fueron estafados por los bancos, a perder privilegios que no existen, con la muerte a la vuelta de la esquina? 

No solo ahí está el germen de la rebelión. Muchos miembros de las franjas medias y altas que sobrevivieron a la destrucción de cierto bienestar, tampoco tienen miedo, en vista de lo que les espera de continuar tolerando esta virtual eurodictadura, administrada por insaciables gauleiters locales, todos enriquecidos en un mar de pobreza.. 

Si bien el temor aún pesa más que la audacia rebelde, todo indica su menguante caída ante la estafa continuada y el saqueo a espuertas de una corrupción, política y empresarial, que deja las cosas claras: ellos se dan la gran vida, a costa de robarnos y empobrecernos. 

El tinglado de la Transición y la herencia franquista real de una monarquía fraudulenta, de nefasta tradición en la Historia, se desploma con su propio imaginario, fruto de una trágica derrota y, tras la dictadura genocida, su forzada desmemoria, en aras de una paz argramasada en el terror social. 

Con ella, el nuevo miedo ante las amenazas macroeconómicas, ignorando el bienestar de las personas, se está desvaneciendo. Que lo haga del todo no dependerá de lo que suceda antes, durante o después de las elecciones generales, sin desmedro de que puedan ser importantes marcando una tendencia. Sino de la decisión mayoritaria el pueblo español en la tarea de construir otro país, en el que cualquier clase de temor al mañana sea desterrado para siempre.