Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 1 de mayo de 2009

AL SERVICIO DE SU MAJESTAD

La manifestación obrera del 1º de Mayo en Buenos Aires.
El oficialismo y sus adláteres sindicales reunieron más de 100.000 manifestantes en la Avenida Nueve de Julio. Fue una jornada típica de respaldo al poder, arrancada de viejas tradiciones.
Su estrella del presente no fueron Perón y Evita, tal cómo proyectaban los carteles con sus añejas efigies en el palco, sino Hugo Moyano, el gangster millonario del Sindicato transportista, actual Secretario General de la CGT kirchnerista.
No se puede imputar al camionero estrella, falta de tradición peronista. En los años ´70 encabezó la batalla contra la izquierda obrera y la guerrilla en los gremios, desde la siniestra "Juventud Sindical" (colateral de las Tres A) bajo el patrocinio del valet de Perón, José López Rega (alias El brujo); a tenor del cuál se perpetraron, entre 1973 y 1976, unos 8.000 asesinatos de "rojos" e "infiltrados" del "Movimiento".
Hoy Moyano es la pata sindical de los Kirchner y su declinante experimento dinástico. En su discurso, teñido de obrerismo aunque acompañado de proverbial naturaleza oficialista, reclamó mayores conquistas para los trabajadores, así como el respaldo a la Presidenta y sus candidatos de cara a los próximos comicios parciales, al tiempo que fustigaba a quienes habían raleado el conglomerado kirchneriano.
Entre el tronar de los "bombos", Moyano insistió.
"El próximo 28 de junio votemos entonces la defensa del modelo nacional y popular que lleva adelante el gobierno de la compañera Cristina Fernández de Kirchner, permitiéndonos salir del atraso y la miseria".
Con la última frase procuraba contentar a varios manifestantes.
Aquellos que imaginan una gran concentración ciudadana (y ésta lo fue) como el producto de autobuses que pasean y bocatas gratuitas olvidan las tradiciones populares criollas. Otra cosa son las intenciones "nacionales y populares" de Moyano y sus "gordos".
Integrada por los gremios del transporte, los ferroviarios y energéticos, sanitarios y de Correos, lejos estaba la manifestación -eso sí- de reflejar las viejas épocas del auge industrial liviano, representado por el poderío de los gremios textiles y del metal.
En la era de los servicios, los actuales burócratas sindicales son un desvahido eco del pasado; aunque se hayan enriquecido cien veces más que los de antaño.
"Elegimos para manifestarnos en esta gloriosa jornada, el lugar histórico dónde la compañera Evita pronunció el discurso del Renunciamiento hace 57 años"-recordó Moyano.
Festejado aún por el peronismo de todas las tendencias como efeméride, el "Renunciamiento" aquél, desgranado entre sollozos por una enferma terminal, fue en realidad un réquiem pre mortuorio; la derrota en toda regla de los poderosos sindicatos que, por aquellas fechas auparon sin éxito la candidatura vicepresidencial de la mujer de Perón.
Desde el podio y flaqueado por las fotos de dos cadáveres que la sociedad argentina insiste en no enterrar, Moyano y los suyos fracasarán de nuevo en el patrocinio de la pareja presidencial y sus validos provinciales, tal como pintan las cosas.

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