Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 20 de marzo de 2015

SUEÑOS Y REALIDADES



Mientras los sueños nocturnos de los políticos españoles, de derecha a izquierda, se trufan de vecinas urnas y papeletas, más y menos favorables, siguen imparables los desahucios, continúan el paro, el trabajo por días y horas mal pagos, y redoblan los escándalos oficiales sin que nada cambie para mejor. Cuando los parados y carenciados sueñan, lo hacen en clave de pesadilla, pensando cuándo volverán a trabajar y alimentar a la familia con proteínas, bajo un techo decente, dejarán de comer en Cáritas o escarbando la basura, y les atenderá la menguante seguridad social ante la enfermedad. Si los niños son de corta edad, que puedan, algún día milagroso, ir a la escuela pública, o los bebés tengan su papilla y el litro de leche. En otra escala, pagar el gas, la luz y las facturas pendientes para quien conserva la vivienda, se ha vuelto una obsesión en muchos ciudadanos ante el corte de los servicios y el apriete de los bancos. No se trata ya de los antiguos equilibrios financieros de toda la vida. En esta otra, la miseria dejó de ser un fantasma para corporizarse, dejando su rastro de dolor y desesperación en millones de hogares. 

El drama de la sociedad española radica en que, mientras los políticos, en su gran mayoría, duermen en colchones bien mullidos y sábanas inmaculadas, los que perdieron la vivienda y el sustento lo hacen en puentes y descampados sobre periódicos viejos y cartones, o en los albergues de la caridad. No olvidamos a los estafados por las Preferentes, un saqueo coordinado entre el poder y los bancos, destinado a sembrar de tumbas a sus víctimas de la tercera edad.
Cuando la pobreza es extrema y la consciencia política no se ajusta a valores culturales, deflagran la ruptura del contrato social y el caos, que en sí mismo, no significa cambio alguno para mejor. 
Hace tiempo que el gobierno del Partido Popular en pleno y los políticos asociados con el saqueo de las arcas públicas debieran estar, no en el poder sino en la cárcel. Apenas una fracción de ellos la pisó. Todos trabajan para el IV Reich llevándose su tajada del PBI, sin que nadie, entre los falsos revolucionarios y los pretendidos reformadores dijeran basta! Tal vez hubiera bastado que los parlamentarios minoritarios abandonasen las Cortes, ante la prepotencia de una mayoría absoluta infame, operando en forma espuria y dictatorial, para que Rajoy y sus compinches abandonasen el poder, en vez de legitimarlo a base de interpelaciones y protestas vanas, o mendicantes como las de Rubalcaba, sus sucesores y los compadres de Izquierda Unida, tan respetuosos de una democracia ciega y sorda ante la injusticia, con tres poderes que mancomunados sirven al expolio y la impunidad de las mafias político- empresariales. Ahora viene "Podemos" a reafirmar ese discurso, dependiente y cada día más mendicante, en vez de llamar a la movilización, mientras el resto de la Izquierda repite compulsivamente los rituales que facilitaron el tremendo desguace patrio. 
Alentada por esa postración mental y espiritual, la extrema derecha continúa gobernando como si tal cosa, mientras los escándalos bancarios y ministeriales siguen su curso sin que nadie renuncie a nada. Ello significa seguir sangrando a las clases populares hasta el último minuto de poder. Los únicos forzados a renunciar a todo son trece millones de españoles, nada menos. Una cifra terrorífica que nos condujo a ser el territorio más desigual de Europa, en apenas tres años. 
Mienten los que prometen que este desastre se arregla cambiando de gobierno. Desde luego, es imperativo acabar con estos genocidas. Pero eso es como cortar las espinas de una planta envenenada, que volverán a reproducirse. La sujeción al paneuropeísmo, su euro, y el pago de deudas en gran medida tramposas por la vía fiscal, son los nutrientes de esa planta, florecida en un país sin industrias ni agro, dependiente del turismo y los servicios como motor de la economía, y controlada por los bancos y las empresas desnacionalizadas por González y Aznar. Las pesadillas de gente como ellos o los parlamentarios y políticos en boga, a falta de conciencia social, versan sobre el temor a perder sus privilegios, o una fracción de los mismos. Cuando la burguesía de cualquier país impone semejante desastre, con la ayuda de sus agentes políticos de la pequeño burguesía, está reflejado la extrema debilidad de la sociedad civil y sus clases populares. Los movimientos de protesta son importantes, pero si de ellos no surgen líderes capaces de remontar la pendiente, estructurando un Frente Social de programa reivindicativo, no saldrán de la mención honorífica que les otorga la Historia.

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