Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

jueves, 26 de marzo de 2015

LA CALLE


Charles Aznavour dice que fue un niño de la calle, sin maestros, aunque ya leía mucho por esas fechas. La calle te curte y enseña. Lo se bien desde los siete años, correteando en espacios libres, y desde los doce hasta los sesenta y nueve, ganándome la vida vendiendo, primero aceitunas envasadas en los almacenes de barrio,luego, algo que me gustaba mucho más: los libros: por último, los DVD. Venía de una familia de inmigrantes que hizo eso en la Argentina de los ´40 y principios de los ´50. En casa los hubo en abundancia, a la par de dos periódicos por día y varias revistas semanales. Fui un tiempo a la universidad, es cierto. Mis días no se parecen en eso a los de Aznavour. Sí en cambio, en el hecho que allí no tuviera maestros de verdad. Solo recuerdo buenas y malas personas. Gente de la que aprendías alguna cosa, o nada. Las mayores experiencias llegaron desde las aceras. Vender te las destina al por mayor. Para eso debí romper mi natural timidez. Ella vende en los filmes de James Stewart y poco más. Pero el tiempo va desgarrando ese envoltorio, tenaz protector del yo, a base de prácticas sostenidas y oxigenantes. Salvo breves períodos fabriles de idealismo, no conocí patrones. Si hubo alguno, terminé obrando como si no existiera.Tampoco me transformé en uno de ellos. El dinero me interesó para gastarlo en libros y viajes. El ansia por conocer ignorando menos que antes, marcó mis andares y sus experiencias. Charles eligió el escenario y allí triunfó. Yo la literatura, esa pasión que me vuelve casi invisible. No me quejo.Mi privilegio es el de haberme ganado los garbanzos sin sufrir. Eso hace que llegues a viejo auxiliando a la biología,al conservarte en forma. Entre varias otras, las aceras de Buenos Aires, Barcelona, Londres, Florencia, California, y ahora Brasil, acompañan estos pasos por la vida, nutriendo con su savia mis renglones de ayer y hoy. Los que no dan dinero, premiando esa incomparable pasión del buen vivir.

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