Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 24 de marzo de 2015

REALIDAD Y DESTINOS


Ante las incertezas sobre "Podemos" y la crisis de Izquierda Unida, los andaluces optaron por no innovar, restándole, eso sí, muchísimos votos a la extrema derecha gobernante.Les imitarán los ciudadanos del resto del mapa patrio? Parece difícil, aunque no imposible. Sin lugar a dudas y por comparación, se guardan mejores recuerdos del PSOE que de los gobiernos del PP. Su salvajismo no solo fue político durante estos años. Hirieron gravemente el equilibrio social,manifestando serios brotes franquistas, sincronizando la abolición de derechos y libertades a espuertas. De una manera u otra, ambas formaciones desempeñaron el rol de parteras en los sucesivos turnos de gestión. Es cierto que resultaron cómplices mancomunadas de tropelías diversas en los tres poderes, empeorando la ya endeble salud democrática de un país forzosamente desmemoriado, y sujeto al legado monárquico de Franco. Lo que en verdad dificulta superar este tiovivo infernal es, aunque Rajoy y su banda genocida de lobos feroces desaparezcan de la escena, la sujeción al paneuropeísmo y la debilidad política de nuestras izquierdas, en avance demasiado lento y tortuoso, como para ofrecer una alternativa firme y creíble. Andalucía no es el resto de España, pero tampoco es ajena a lo se cuece en las entrañas de la nación. La crisis brutal y la pérdida de derechos en todos los órdenes mejoró el diálogo social, moribundo durante décadas de voto y a callar. Sin embargo, los obstáculos parciales cunden, redondeando una totalidad poco estimulante. Escasos políticos socialistas resultan hoy creíbles en el cartel electoral. El ascenso de Albert Rivera semeja meteórico, favorecido por los síntomas de desintegración que manifiesta el tradicional partido de la derecha. Es probable su temporal consolidación, grata al establishment, aunque el margen de maniobra para que nada cambie es muy estrecho. En cambio, la izquierda, que solo comprende a una pequeña fracción y versos sueltos del PSOE (ubicado en el centro derecha desde términos reales), o Izquierda Unida y "Podemos", se miran los ombligos por separado, resistiendo numantinamente aquello que podría reforzarlos: el Frente Social Republicano, esgrimiendo un programa amplio de reivindicaciones sociales y democráticas. Rivera salió al paso de esta amenaza latente, sosteniendo que ellos (los rejuntados de su apaño) no quieren una España dividida entre rojos y azules. Todo lo que huela a Frente popular será anatemizado, como lo fue "Podemos" tras el resultado de las europeas, no ya ahora, a tenor de las señales humeantes de amor indio que Iglesias destinó a la España rancia y sus instituciones, sucesora "democrática" de la Grande y Libre. Su drama pequeño burgués radica en no ser correspondido desde las alturas, ni por las papeletas andaluzas, al menos como él lo esperaba de últimas. Más seguros para los bancos acreedores y la Eurozona son los socialistas, junto a una derecha remozada por afeites y globos de colores. De momento, el régimen respira aliviado por la división de sus enemigos. Rajoy poco le importa. Siempre habrá quienes lo reemplacen con empeño mientras el destino no les alcance y los españoles lo permitan.

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