La gran vida camino a la muerte
Cuando aún los opositores al gobierno, desde el PRO hasta "Clarín" , "La Nación", y las almas "republicanas" derraman lágrimas de cocodrilo y tinta por el difunto Nisman, asoman raccontos no distantes de su paso por este mundo. Lagomarsino declara que le podaba la paga por la mitad, embolsándosela a través de un banco neoyorquino. De sus juergas con damiselas jóvenes existen fotos en las que aparece sonriendo, abrumado por caricias múltiples. Las víctimas del feroz atentado AMIA le importaban un carajo. Quería vivir a lo grande gastando parné a espuertas. Pensó que acusar al gobierno de pactar con Irán sería rentable. A ello le alentaron, desde las cloacas de servicios secretos junto a opositores varios, sin excluir al CIA. Las pericias forenses se contradicen. "Murió de rodillas", sostienen algunos especialistas, y esto, fuera o no así en la previa crime scene, es una verdad por lo menos simbólica, proyectando su servidumbre real a tramas ocultas y poco visibles. La relatividad de lo último es clara. Cargarle un muerto a Cristina Fernández es el propósito de muchos, dentro y fuera de la República Argentina. Empero, desde las ventajas de un documentado racconto que va descorriendo el velo y su lagrimeo, se observa a un paranoico compulsivo y venal con delirios de grandeza, suicida, o asesinado por bocón e inútil, que algunos pretenden montar en el caballo del Cid Campeador, para que difunto les sirva de algo en esta batalla perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario