En mi vida he presenciado y compartido dos extravíos nacionales de la identidad. Uno, largo y doloroso en la República Argentina. Otra en mi tierra natal, menos larga aunque sin perspectivas de ser remontada a corto plazo. La identidad nacional es un compendio asimilador de tradiciones históricas, folclore, y equilibrio social. Cuando se pierde la última el resto poco cuenta como factor de cohesión. La secuela de constantes dictaduras y una póstuma, especialmente cruel, hirieron mortalmente al gran país austral. Recuperado en parte tras años de democracia insuficiente.
Aquí vivimos en llaga viva esta insuficiencia. Nos desarrollamos económicamente amparados por la CE, que ahora nos vapulea y escarnece a través del Reich alemán.
La consecuencia de una débil politización, baja cultura y un dejar hacer a los políticos, sin controlarlos desde la base de la sociedad, ha llevado a esta encrucijada.
Ya en las mayorías absolutas de Felipe González y José María Aznar se demostró la pésima cualidad de entregar un cheque en blanco a cualquier formación que gobierne. Ahora, la crisis europea ha vuelto rabiosa a una oligarquía depredadora que destruye, palmo a palmo, el ya de por sí insuficiente Estado del Bienestar. El PP gobierna a lo bestia amparándose en la mayoría parlamentaria que ejercitan sus peones. Señal del escaso aprendizaje que legó el pasado reciente.
La asimilación defectuosa de la democracia lo autoriza, pese a las protestas callejeras y las huelgas constantes. El aprendizaje de la participación real de llos actores sociales en la toma de decisiones llevará tiempo de cumplimentarse. El problema, es que mientras tanto este elenco parafascista nos sumerje en la miseria sin necesidad del Ejército ni una dictadura abierta.
En eso anda el juego. La policía les basta. Así les fue a los griegos y los portugueses. Ahora nos toca a nosotros, decidir qué identidad nacional queremos consolidar. Si la que resuelve Berlín y Rajoy, o Rubalcaba, o los que integramos el núcleo rebelde de una sociedad sumergida en el temor, el paro y la creciente pobreza.
De momento, la Huelga General del 14N debe ser absoluta y aplastante para el poder y sus aliados.
1 comentario:
Qué tema la identidad Joan, fundamentalmente en este momento de migraciones y retornos. Recuerdo una frase de Jean Jouve: "estamos donde no estamos". Me agrada tu prosa, me hace pensar. Pensar es hacer pensar decía Viñas. No es lo que abunda.
Un saludo.
pd: Me encantaría poder entrar en contacto contigo. Sería muy valioso para mi tener una charla literaria. Este es el correo de mi blog: linoelias@hotmail.com, vivo en Mataró.
Publicar un comentario