A la hora de trazar un perfil de héroe contemporáneo elijo el humanista. De sujeto que, con fallos a la vista, tiene conciencia. Mañana llegará a Amazon la segunda entrega de mi Detective en Hollywood. En relación con la inicial se marcan ciertas transformaciones. Han pasado dos años y algunas cosas en su vida. Golpeado por la tragedia, va reaccionando ante el nuevo caso, hasta recuperar tantos, dejando atrás la cierta depresión y su cuota de angustia. La acción y el riesgo constante le llevan a hacerlo.
Cualquier heroicidad del tamaño que sea radica esencialmente en superarse.
Para ello llegan en auxilio del detective presencias inesperadas y situaciones que determina el azar. Es así la vida misma cuando hay voluntad de vivirla defendiendo ciertos principios.
El escenario de Hollywood y la ciudad de Los Angeles en 1937 brindan al paisaje narrativo sus cuotas de glamour, belleza, intrigas y crimen.
Las vecindades de la opulencia y la fama reconocen ese sello atrapante en el marco histórico cercano a la nueva guerra mundial, cuando la depresión aún pega duro.
Referencias periódicas al curso de la Guerra Civil Española y los mejores amigos de Floyd Sinclair comprometidos directamente en ella, suman al relato cuotas de zozobra documental, junto a la presencia de un temible asesino de la "OVRA" mussoliniana.
La fusión entre momento histórico y protagonismo del detective, vuelve a tener un tratamiento documental escrupuloso. Es el fruto de mis pasiones.
Si un autor carece de ellas valdrá más que dedique esfuerzos a cualquier otra profesión...
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