Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 31 de julio de 2016

EL INTERÉS DE CLASE

En un reportaje que publica Ctxt, Xavier Doménech glosa sus esperanzas sobre el PSOE y un pacto con ellos a mediano plazo. Resulta que ahora quienes pusieron alfombra roja para que el PP ganase las elecciones del 2011, ahora van a integrar una cruzada liberadora de la podredumbre, el servilismo a Alemania y la corrupción que nos legaron a través del último Zapatero. Este intelectual de poca monta sostiene que los socialistas no llegaron a la descomposición del PASOK. De hecho, son el sostén del sistema taponando la expulsión de esta banda de asesinos y genocidas. Ya lo intentaron aliándose con Rivera y sus falangistas, fracasando en el intento. Ahora mismo, el perdulario Sánchez y sus rivales internos hacen lo mismo, sin descartar la abstención final para que Rajoy continúe gobernando. El Pacto a Tres sigue vigente bajo nuevas formas de supervivencia merced al PSOE, aunque no satisfaga por ahora a la oligarquía española, que exige otros ritmos de convalidación del mismo. El catedrático Domenech continúa apostando por la regeneración de la podrida socialdemocracia hispana, al igual que Iglesias, Errejón y todos los demás, olvidando los intereses de clase que les guían.O más bien recordándolos emocionalmente bajo un disfraz táctico de bajo calado y falsas promesas. Porque la cuestión, en España, Europa y el mundo de hoy es esa, y no otra, incluyendo los que defienden las tesis blandengues de Podemos, de rancio sabor pequeño burgués, y operantes dentro del sistema, y no fuera, como intentan ellos hacernos creer. El actual ejemplo de Syriza en Grecia anticipa las consecuencias nefastas de esta política. España marcha al remate completo por idénticas razones. La voracidad del IV Reich no conoce límites ni fronteras, gracias, en parte, a sus socialdemócratas, fieles aliados de Merkel en Alemania y el Eurogrupo. La Europa actual marcha al son de estos compases, con el neoreformismo y sus ilusionantes espejismos haciéndoles juego.

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