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miércoles, 27 de julio de 2016

LA ESPESA TELA DE ARAÑA


Las palabras son un testimonio vivo. En los políticos españoles, tan dados a mentir o fabular, acreditan los enunciados un doble vínculo, el de lo dicho y lo incumplido. Probablemente sea Mariano Rajoy el más claro ejemplo de esto último. En él se acentúan los contrastes entre el decir y hacer.No sólo mintió prometiendo un programa social inexistente, por el que luego aplicó sin piedad empobreciendo el país hasta extremos vinculantes con las riberas del franquismo. Sino que dió la flagrante espalda a las hemerotecas. Algunas de las afirmaciones del sesudo lector del deportivo "Marca" y fumador de los puros "Montecristo" son antológicas. Vale la pena brindar panorámico de ellas, soltadas en medio de ovaciones:
"Yo quiero desarrollar una política económica como la de Rodrigo Rato". 
Luego, en la mejor tradición del corrupto economista, colocó en Hacienda a Cristóbal Montoro(otro que tal), sin emitir juicio de lo que luego se descubrió en el historial de Rato y fue revelando el de Montoro, autor de una magna Amnistía Fiscal para favorecer a sus amigos.
"Yo quiero presidentes autonómicos, tan ejemplares como Jaume Matas en Baleares y Pons en Valencia". Luego, el primero fue juzgado por corrupto y el otro quedó por juzgar gracias al funcionamiento del aparato judicial en Valencia, que lo absolvió de unos primeros cargos. Al comienzo, defendió a Luis Bárcenas, arriesgándose al enviarle el famoso e mail de "Sé fuerte, Luis", por en que en cualquier país decente hubiese debido renunciar, menos en España. Devoto del aparato judicial español, ha defendido la presunción de inocencia de otros miserables, "hasta que no se pruebe lo contrario". Pero su mayor preferencia es la de permanecer tan mudo y terco como Francisco Franco Bahamonde, el que la gracia de Dios trocó en sangrador nacional durante cuarenta años. La cohesión del PP y su podrido franquismo estructural se basa en su gestión amparante de todo y todos los maleantes de su formación, junto a los conexos. El último de estos flagrantes ejemplos es Rita Barberá, la ex alcaldesa valenciana convertida en Senadora protegida por su espeso silencio, lleno de gratitudes. Aquí llegamos a la esencia de su poderío partidario, desde luego irrenunciable por mayoría absoluta. 
La noción tribal de complicidad y bandidaje a espuertas es de importancia superlativa en su comportamiento. Todos y cada uno de estos barones fue responsable estos negros años de sostener un gobierno cruel y despiadado con los asalariados y los sectores más vulnerables de la sociedad. Hace horas, comparé al precario Presidente en Funciones con el mafioso Lucky Luciano, Gangster que sabía amparar a los suyos, conectándolos a esferas de poder económico, ultimando las reyertas intestinas que desangraban el hampa en los años previos. La mayoría congresual absoluta y sus peores ministros (todos lo son, pero algunos en especial) le permitieron controlar los medios bajo el patrocinio de esta UE, su matrona filonazi y el dominante Cuarto Reich. Cuando en el futuro se estudie el período más siniestro de la Historia Contemporánea española, quedarán ai descubierto las redes clientelares que Rajoy y sus barones articularon. Una laboriosa tela de araña, soportada en el rezago social generalizado, su pobre base cultural e intelectual, y la tendencia social conservadora imperante desde 1939 hasta hoy, que fabricó tantas miserias y complicidades entre sus dos partidos dominantes.

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