Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 9 de julio de 2016

FLOJERAS VARIAS

La tesis dominante en el PSOE comporta dejar gobernar sin su apoyo al PP, con oposición activa desde las Cortes. Es una solución a medio camino entre los consejos de Felipe González, a la postre catastróficos para el partido, y una posición subordinada a los resultados del 26J, pese a que los números saldrían en un frente con Unidos podemos y las confluencias, el PSC, junto a PNV y ERC, que son fuerzas independentistas. Habiendo fracasado el pacto Sánchez-Rivera en doble ocasión, de hecho el PSOE se suma a las fuerzas "constitucionalistas" contra el reformismo de izquierdas. En las elecciones continuó menguando votos, que intentará recuperar en la corta legislatura que se avecina por obra y gracia del Espíritu Santo, mientras la economía popular continúa su deriva imparable y los nuevos recortes que exige Bruselas se avecinan. Rajoy es el garante de este estado de cosas ante el amo teutón, por esa razón, defendida por González y Ciudadanos, ellos se opondrán formalmente, aunque con espíritu de cuerpo clasista rendido al sistema imperante, y sin poder evitar un creciente descrédito. Por ahora, los barones y la ejecutiva estrechan filas. Es un instante conciliatorio antes de que la guerra interior estalle, desgarrándolos un poco más.Este virtual suicidio, lento y agónico viene sucediéndose desde la capitulación de Zapatero y la posterior de Rubalcaba. González intentó imponer un orden tardío. Falló en la táctica, pero su estrategia de auxilio al PP y el podrido sistema monárquico y centralista se conserva invicta. Es el nuevo formato que asume la Gran Coalición. Del otro lado, la respuesta de Unidos Podemos rezuma pobreza, respaldando el ala conciliadora e institucionalista del pequeño Errejón, devoto de la tramposa democracia parlamentaria española. A Iglesias y su núcleo subordinado les castigó el electorado, porque su perspectiva eran los votos, no la movilización social. Vienen a ser un calco de Syriza, con rendición garantizada y el caos económico ante cualquier contratiempo con el Imperio Alemán y su directorio de la UE. Muchos que antes les votaron y luego se abstuvieron, así lo entendieron. No fué el miedo económico que propaló el sistema a través de su propaganda goebelsiana, sino la falta de confianza en ellos, con sus besos al viento para con Sánchez y su partida de caza.Parecen incapaces de extraer conclusiones del millón de votos perdido. Iglesias por su tradicional arrogancia, mezclada con importantes concesiones al enemigo. Garzón por la tradición estalinista que no borró de su mente, y persigue a la izquierda local desde los tiempos de la Guerra Civil. La de hoy es otra guerra, que requiere talento napoleónico en los líderes de la izquierda.Los viejos manuales que nutrieron el pensamiento de estos profesores que hoy comandan el sector no sirven para ganarla. Habrá que escribir otros, unidos, eso sí, a una gran capacidad de decisión, ausente en estos días aciagos para tantos compatriotas.

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