LA DANZA DE LOS MALDITOS

La UE exige definiciones sobre el gobierno de España. De que clase y para qué? para cumplir el déficit sin ser multados , o con leve multa. Los políticos son el desastre de siempre. Unos peores que otros, continúan desesperándose por establecer pactos continuistas. La consigna unánime es que el PP perpetúe la obediencia canina al Directorio de Bruselas, con patrocinio berlinés. Algunos, como Ciudadanos y los socialistas, claman por quitarse del medio la patata caliente de Mariano Rajoy, como candidato de una formación que ganó las elecciones por número de votos, sin alcanzar los escaños necesarios para gobernar, siquiera en solitario. Pero nadie se plantea ni esa ni otra opción de izquierdas, a pesar de que los votos sumen mayoría absoluta. La defenestración de Rajoy no parece posible si ello depende de su partido, mafioso y corrupto, pero fiel a un aglutinador que defendió a capa y espada a cada uno de los que están y no están en la cárcel, empobreciendo el país por mandato berlinés. El registrador de la propiedad en excedencia se mostró parecido a Lucky Luciano reorganizando el hampa al articularla con poderosos intereses, sumando cárcel involuntaria para algunos sin ningún muerto. Los únicos que enferman y mueren en la tristísima España actual lo hacen por desatención sanitaria, energética, vejez, natalidad en la pobreza o todo junto, mientras la sociedad política continúa con sus planes, más o menos canallescos. No me refiero a los socialistas, de capacaída continental, como demuestran en Francia y aquí, sino a los Iglesias, Errejón, Monedero, Garzón y compañía, reformadores de origen universitario, inmersos en la inopia de los cargos congresuales y la absolución contumaz del PSOE, resquebrajado interiormente desde hace tiempo, mientras los desalojos diarios prosiguen su escalada victoriosa entre cargas policiales y garrotazos por orden judicial, de familias enteras que luego dormirán bajo los puentes, comiendo de la caridad y las sobras en los basurales y comercios.Lo peor de todo esto es la falta de remedio en un horizonte cercano. El presumible acuerdo político que otorgue un brevísimo respiro al PP de Rajoy, hará que el pronóstico del país sumiso, enfermo y quebrado empeore. Algunos desesperados invocan la pronta ayuda del monarca de latón, manifestando su peor vena franquista. Justamente lo que falta a esta danza de los malditos es un poco de acción, pero esta no sobrevendrá. Felipe está muy cómodo en su trono de mazapán y, mientras los fervores republicanos no le incomoden permanecerá con su metro noventa y pico de perfil, preocupado, eso sí, por el destino de su hermana pequeña y el marido, tras las corrupciones juzgadas ahora mismo.

El destino continúa incierto, se forme o deforme nuevo gobierno. La pista de baile continúa con los viejos protagonistas, o los nuevos, súbitamente envejecidos por las malas ilusiones de siempre.