Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 12 de julio de 2016

LA LEY DEL MÁS DESPIADADO


En cualquier país intervenido, quebrado y donde la pobreza avanza como la marabunta, la política dominante la determinan los deudores imperiales de Alemania y la UE. Se hará lo que ellos, y no el pueblo sometido decida. En estos días repasaba mis textos sobre la Blitzkrieg nazi sobre los países europeos,interesándome en especial por la Francia ocupada. Partida en dos y con un gobierno títere, herencia de la drole de guerre perdida de antemano, la ocupación de la zona, teóricamente libre de Vichy, era apoyada por los grandes propietarios y la derecha francesa, conforme con la invasión y perseguida por el atormentante recuerdo del Frente Popular. Alemania había impuesto el Marco Francés, y succionaba los grandes recursos de la producción. Pétain y Laval gobernaban fantasmalmente con el expreso acuerdo de la burguesía y los ocupantes. Las diferencias de la España de hoy con aquel estado de cosas reconoce aspectos clave. Formalmente no fue invadida ni su ejército derrotado, pero el terror impone sus leyes de otra forma más sutil, y sin manifiestos vertidos de sangre. Es de carácter económico y financiero. Se llama miedo económico. Al igual que la burguesía francesa de entonces, la española del IBEX 35 respalda a esta UE de prestamistas usureros que dictan las reglas de juego a los deudores, bajo reglas constitucionales, establecidas por el PP y el PSOE. Ellos son los Quislings o Gauleiters de esta triste historia.

En aquel país ocupado, la izquierda tardó en levantar cabeza. De Charles de Gaulle, refugiado en Londres, se hablaba muy poco. En España sucede otro tanto sin De Gaulle. El fenómeno se entiende por una razón poderosa que engloba muchas otras. Es la forma de existencia quien determina la conciencia en la vida de un pueblo y sus clases sociales. Luego, no es de extrañar la temulencia en las víctimas y el canallaje en los poderes asociados a esta nueva invasión, poco pacífica de acuerdo a las cifras y sus millones de víctimas. Los burgueses hispanos arrastran una pésima tradición en materia de audacia. Rajoy, Sánchez y Rivera los representan con entidad. Son los hijos putativos del viejo régimen y el proverbial atraso local. Es probable que Rajoy vuelva a gobernar, pese a las amenazas de recortes y penalizaciones por incumplimiento del déficit, pero lo hará sin mayoría absoluta y en medio de convulsiones. Tras el Brexit, a no dudarlo, la UE tampoco volverá a ser la misma. La crisis, y malos números que sólo benefician a Alemania tomarán tarde o temprano la palabra, pese a que las mejores y más útiles conclusiones sobre esta dependencia absoluta se sigan ocultando, y escamoteando en el continente y su empobrecida piel de toro, de soberanía perdida por tradiciones que merecen ser sepultadas para siempre.

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