TODAS LAS DE PERDER

Veo en La Sexta Noche al imbécil de Rafael Simancas, el mismo que se dejó robar Madrid por Esperanza Aguirre, darle a la matraca de Venezuela torticeramente, mientras el tan nefasto Marhuenda, lacayo de Rajoy, esboza una sonrisa complaciente. Por ende, estimo que cualquier pacto entre los socialistas y la izquierda reformista (en España no hay otra) se llenará muy rápido de basura.

Simancas es el PSOE, e Iglesias Podemos. Ambas formaciones, candidatas al pacto de gobernabilidad, no tienen remedio. La primera, por conservar intactas las deformaciones programáticas y la corrupción de estos años de democracia desmemoriada como cómplice de la oligarquía. La posibilidad de que Pedro Sánchez corrija su partido o forme otro son remotas. Es más, uno de los barones complacientes que lo cuestiona es Ximo Puig, el de Valencia, socio político hasta ayer de Mónica Oltra, situada en la onda social, al igual que Manuela Carmena y Ada Colau. De manera que para Sánchez, valiente y arrojado en el último momento, se abre una perspectiva más bien oscura, si bien mostró valor y ganó muchos apoyos de la militancia, sumando simpatizantes. 

Quizá Podemos y Sánchez (con los barones partidarios en contra) celebren finalmente su pacto de gobernación, pero los primeros harán importantes concesiones podando chácharas. Además de ello, está Susana Díaz y sus ambiciones presidenciales. Crease o no, esta bruja inculta y de maneras tan brutales como perversas, se cree legitimada para disfrazar el velado pacto PP-PSOE, propiciado por los grandes poderes fácticos, la Europa Alemana y el rastrero ex presidente Felipe González, un animador político de lazos gravosos y nefastos para los asalariados españoles, los temporeros y parados. Habiendo gobernado Rajoy, atento lector del Diario deportivo "Marca" y reconocido invidente social, durante estos cuatro años devastadores, la Díaz no le iría en zaga.

Una inspección general de Podemos no me vuelve optimista. He escrito bastante sobre ellos y sus trapisondas como para que las reitere una vez más. Son reformistas al modo de Syriza, acreditando todos los defectos profesionales que acumulan muchos catedráticos pequeño burgueses, mirando el planeta Tierra, y lo que acontece a sus atribuladas gentes desde el cielo, tras tomarlo por asalto. Los problemas de desmemoria, voto aborregado y tolerancia con el despotismo "Constitucional", hunden sus raíces en la derrota republicana, los años de aislamiento y terror discrecional del franquismo, junto a esta transición coronada por los herederos del dictador. Todo eso fabricó una clase política complaciente con las grandes fortunas, basada en un rezago económico, al que sobrevive la industria turística. A todo ello se suma el problema de las nacionalidades, incapaz de ser resuelto por esta forma de Estado y su burguesía tercermundista.

Es tan patente la crisis política generalizada, que Catalunya y España no consiguen formar gobierno. Lo harán, sin duda alguna, para no resolver nada. Salvo continuar pagando la deuda soberana como cualquier país quebrado, intervenido y dependiente, actualizando sine die los reclamos de la Comisión europea y la Troika sobre el déficit. En el manual de los herederos de Franco no figura otro procedimiento, que el de continuar esquilmando a sus gobernados, despojándolos salvajemente de su derecho a una vida mejor. 

Dentro de esta Unión Europea, manejada con voracidad leonina por el IV Reich, España tiene todas las de perder.