Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 26 de diciembre de 2015

LA FICTICIA RUPTURA DE ESPAÑA


Ya lo dije, Catalunya es una de las naciones de España. Era una consigna socialista en los ´70, y Rodríguez Zapatero la actualizó en su programa de gobierno, olvidándola después. Desde hace tiempo la volvieron a enterrar oficialmente. Me siento un catalán universal, y la referencia territorial que escojo es España. Pero estimo que el referendo es necesario, porque hay gente que, a la vista de muchos fiscos centralistas y estos cuatro años de terror económico y social, piensa y siente otra cosa. No creo que sean mayoría, sí en cambio relativa, como se ha demostrado en las urnas. Por esa razón, es necesario el referendo, que no plantea de entrada la independencia, sino una u otra opción. La derecha españolista del PP, los falangistas de Ciudadanos y la derecha fáctica del PSOE baten, una vez borrada ETA del mapa patrio, ese parche, como forma de silenciar la enorme desigualdad social en el país actual, ninguneando urgencias reparadoras. 
Antes, recordamos, era el sansonete de las víctimas del terrorismo, haciendo la vida imposible al gabinete Zapatero. Ahora es esto otro. Los socialistas terminaron con el antiguo pleito del terrorismo y sus víctimas, pero la extrema derecha, que no solo habita dos partidos, inventó la "Ruptura de España", sacralizándola. "Podemos" aprovecha este otro frente abierto para extender su influencia a las comunidades, y lo ha conseguido, alarmando a la vieja guardia socialista, de cara a un frente común que reemplace al Gobierno Rajoy y los mandaderos de Rivera. Lo que preocupa a estos estamentos oligárquicos es el reemplazo posterior de la monarquía centralista, costosa e inútil, base de la Transición y sus aires franquistas, por una República Democrática. 

De momento, observamos que la corrupción en Cataluya y el resto del territorio es idéntica.También la miseria abrumadora de las clases populares. No obstante, el derecho de autodeterminación en las comunidades es necesario para un nuevo encaje estatal, al igual que lo fue desde Quebec y Escocia en democracias avanzadas, tras las respectivas consultas. No proceder imitando lo bueno tendrá, a estas alturas de la pugna interior, las más funestas consecuencias.

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