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sábado, 1 de agosto de 2015

ESPAÑA Y ARGENTINA: DOS ELECCIONES MUY DIFERENTES


La diferencia entre la izquierda radical en España y Argentina es sideral. Las dictaduras y el aparato peronista no han podido sepultar la tradición, ni el grado de compromiso de estos sectores combativos en el país. Tras la derrota del ´39, los años del franquismo y el apaño posterior, hoy desnudado en llaga viva, no se pudo levantar cabeza. El estalinismo, que ya desempeño su papel en el triunfo de Franco, continuó saboteando cualquier polémica durante treinta y ocho años de servidumbre al régimen y su corona de lata. El actual resultado político, en manos reformistas de aventureros sin formación ni principios, no está a la altura de las circunstancias de clamor social. El principio de considerar al Estado monárquico un régimen democrático con fallos estructurales reparables, conduce a un impasse de alto riesgo, al ser éste un país deudor, e intervenido por sus feroces acreedores, con una clase política rendida al paneuropeísmo contumaz y sin tradición clasista. La emergencia de un populismo de izquierdas intentando captar el voto de la llamada "clase media" para ensayar tibias reformas que adecenten al régimen, podrido y corrupto, no pueden prosperar. El cáncer no se cura con aspirinas. Fundar en esta frágil voluntad de cambio alguna clase de optimismo no parece sensato. En el campo de la lucha de clases, sin tradición no hay evolución. Las veloces capitulaciones de Pablo Iglesias, Garzón, Colau (ya desde el poder), y compañía así lo señalan.

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