Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 26 de julio de 2008

CONDENAS E IMPUNIDADES

Se le acabó la larga impunidad de treinta años al ex general Luciano Benjamín Menéndez, jefe del III Cuerpo de Ejército en tiempos del Proceso. Sobrino del levantisco general que se alzó en 1951 contra Perón, y virtual señor feudal de la Provincia de Córdoba, "El Chacal" controlaba el campo de concentración clandestino tristemente conocido como La Perla. Del mismo, consiguieron salir con vida 17, de los 2300 prisioneros allí atormentados hasta la muerte.

Hasta bien entrados los años ´90, el represor acostumbraba pasear por las calles de la capital provincial con toda desvergüenza; a menudo cruzando ruta con muchos familiares de sus víctimas. Tampoco era raro verle apoltronado y ceñudo en el palco de la gobernación durante las fiestas patrias y sus desfiles castrenses.

La imperfecta democracia argentina toleraba estas lacras gracias a la presión militar y la lenidad de muchos funcionarios.

Las sucesivas concesiones de Alfonsín y Menem a los asesinos de los ´70 y ´80 lo hacían posible.

Hoy, a pesar de las críticas que nos merezcan los señores Kirchner, ya no lo es.

Por lo tanto el Tribunal Oral 1 de Córdoba condenó a cadena perpetua al criminal, ya anciano, desestimando la avanzada edad como eximiente de reclusión.

Sus miles de víctimas, en su mayoría jóvenes, no alcanzaron siquiera la madurez.

En inevitable que contraponga esta justísima condena -ejemplar en Latinoamérica y para mundo- a la inaudita libertad de movimientos que nuestra justicia otorgó al asesino Dejuana Chaos.

Como se sabe, este hijo de un militar represor del franquismo y la Falange, asesinó a 25 personas en nombre de la Patria Vasca. Lo amparaba una organización terrorista que actúa en la sombra atacando a la Democracia: la banda asesina ETA.

Menéndez se escudaba en un gobierno dictatorial y genocida que tampoco creía en ella. Por entonces, él y sus compadres esgrimían el terror de Estado sosteniendo "defender a la Patria del marxismo y su aliada, la partidocracia", que según ellos conducía al Estado comunista.

Nuestras tibias leyes, que disparan cifras condenatorias elevadísimas, aunque considerablemente rebajadas en la realidad, encarcelaron a Dejuana durante 21 años.

Cumplida la pena real, hoy se pasea tan campante por el pueblo burlándose de los que le maldicen y escupen a su paso, tal como hacía el verdugo Menéndez en sus días de libertad consentida.

El etarra convive en un piso recién adquirido con otra rata paseandera, mujer joven a quien conquistó durante las visitas en sus días de encierro. Por ello, los familiares de sus víctimas están que trinan, y con toda razón. Según resolución judicial les adeuda 3.000.000 de euros; de ahí que el pisito figure a nombre de la mujer y resulte inembargable.

Lo peor no es eso. Los seres queridos que despachó este matarife pertenecen al recuerdo de sus deudos, mientras el fulano que vive la vida, se caga en todos ellos (y nosotros).

Sólo le falta, que en uno de esos días lluviosos tan frecuentes en el País Vasco, el sátrapa -igual de arrepentido que el contumaz Menéndez por sus actos- salga imitando a Gene Kelly, y revoloteando un paraguas cante y baile Singing in the Rain en cualquier esquina.

Precisamente en estos días, asoma en las revistas y televisiones el bailarín Farruquito. El personaje atropelló con su automóvil a un viandante, y no contento con ello siguió de largo.

Cómo se sabe, la víctima de su brutalidad no sobrevivió.

Ahora, tras poco más de un año en la cárcel, el folclórico dels collons sale con la condicional a taconear por los tablaos cómo si tal cosa, en vez de purgar muchos años de encierro (y tentativa rehabilitación) a causa de su abominable crimen.

Soy enemigo de la pena de muerte. Pero considero que sobre aquél que prive de vivir a un ser humano deberá caer todo el peso de la justicia; no unos gramos.

El sátrapa Dejuana Chaos purgó unos irrisorios 21 años de presidio por la friolera de 25 asesinatos. O sea, menos de un año de cárcel por cada una de sus víctimas.

A causa del despropósito se burla hoy de todos nosotros. En otra medida lo reitera el referido bailaor; ante la creciente indignación de los familiares o amigos de su víctima.

Poco importa si el primero es un despiadado carnicero en absoluto recuperable para la sociedad, y el segundo un lumpen amoral e insolidario, que ningún empresario decente debería contratar de aquí en adelante.

En una escala u otra ambos han violentado el sagrado derecho a la vida de los seres humanos.

Pensar en la cadena perpetua para quien premedite un asesinato, y el rigor mayor para aquellos que se salten el deber de auxiliar a quienes para colmo atropellaron, hará de nuestro Estado de Derecho un bien más equilibrado.

Tampoco olvido a los pederastas y violadores, ni a los que matan a sus mujeres.

Siendo el código Penal Español el más suave de todos entre los países desarrollados, también resulta el menos creíble para su sociedad. Por otra parte, la constante y peligrosa radicación de mafias extranjeras entregadas al crimen, el narcotráfico y la prostitución en nuestro territorio así lo demuestran.

Al respecto, la llamada Transición (con sus olvidos interesados de asesinos franquistas) y un humanismo mal entendido a posteriori, operaron sin duda a favor de estos graves fallos en la actual administración de la justicia.

No es por cierto, el presente estado de cosas lo que cohesionará nuestra sociedad en dicha área, depurando su esencia espiritual, si no reforzamos con leyes adecuadas al mundo en que vivimos el auténtico respeto por la vida humana.

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