ADIEU, OT

Triunfaron el atraso y la insolidaridad. ¿La calidad artística? No. Lo de Operación Triunfo es otra cosa un poquitín más retorcida.

Si unifico la reciente Historia de España, nuestro misérrimo nivel cultural y las tradiciones autoritarias que tanto cuestan de borrar, lo entiendo todo.

Observar los abstruos comentarios, el llanto masivo de los niñatos que tiran del móvil enviando votos, y las pequeñas ovaciones que los asistentes al plató de OT dedican a Mejide & su entenada, o las mayores que revelan las giras de los concursantes por las grandes ciudades, reafirma el previsible resultado. En sustancia, han premiado a la más insolidaria y gélida de las concursantes.

Una chica de Sevilla sobrada de fobias y asocialidad, que durante buena parte del concurso mostró escaso afán por superarse.

La música de verdad y el esfuerzo contaron poco en sus estólidas presentaciones. Menos todavía alguna crítica para con el verdugo de sus compañeros.

Era su niña mimada.

La retorcida Virgi es francamente plasta, y su patrocinador un catalán tartamudo, represor y negado, aferrado con dientes y uñas al éxito fácil con pela agregada.

La filosofía de OT se queda en eso. En consecuencia, la presente edición del evento resulta en comparación, la más torticera e infumable de todas. Un circo canoro que ningunea el amor por la música, y con ella la enorme belleza que proyectan las jóvenes voces que le hacen honor.

Detrás de esta deriva vergonzosa amanece el fantasma del franquismo, con sus castigos y negaciones. El del viejo autoritarismo subyace en toda Europa, reavivado por la inmigración y la consiguiente cuota xenófoba.

Ayer y hoy continúa enemistado con todo aquello que permita disfrutar de la existencia.

En este turbio espectáculo que finalizó el martes lo representaron cabalmente el sujeto Mejide, sus promotores (veloces promoviendo el secuestro de un libro de denuncias sobre la naturaleza del Show) y la supuesta triunfadora de la infertil Operación; a quién observamos mantenerse fría y distante con al prensa durante la gira.

Era otra orden cautelar de Gestmusic, pero ella cumplimentaba la instrucción al detalle, como todos los trepas.

Hay que saber interpretar el comentario de Cocó al respecto. En la anteúltima gala señaló que la chica era una mariposa azul.

Sabemos de la vida breve en las mariposas. Sus aleteos duran un día o dos. Como el recuerdo de este espacio; al fin de cuentas homófobo, patriotero y discriminador; tal como probó convalidando en votos el tercer lugar para el excepcional afroamericano Chipper (un lujo caido del Cielo que nos hemos dado, para finalmente orinarlo en público).

El versátil talento de Pablo quedó asimismo rezagado. Y el de los creativos y encantadores, Sandra, Tania S e Iván. Tampoco olvido en la mención de excelencias a la bellísima y elegante Mimí, o el rupestre encanto y gran voz del jovencísimo Manu (carente del necesario talento asociativo, probado en su simpatía por la inexpresiva Virgi).

No obstante, la peor afrenta personal resultó destinada a los profesores de la Academia. Se dejaron la piel en la labor, para que sin comerla ni beberla se alzase con su carrera discográfica una de las alumnas menos obedientes y dotadas.

Una mirada realista nos revela que el voto a la pájara de marras retrata la orfandad cultural que atenaza al Estado español, además de alertarnos sobre la grave otitis colectiva de muchos niños y jovencitos. El fallo no está en los conductos auditivos, sino en su previa nutrición; sin duda pésima.

A este paso, somos conscientes de los que nos deparará el relevo generacional...