La elección de Mauricio Macri en el Ballotage como nuevo mandatario argentino, habiendo votado el 78 % del padrón electoral, con un sufragio en blanco bajo mínimos, determina un cambio internacional de rumbo, centrado en el abandono del Mercosur para seguir las órdenes de Washington como un aliado latinoamericano fiel.
La educación familiar recibida por Macri fue la de un perro de presa, azuzado por su padre, cruel emigrante peninsular vuelto millonario gracias a sus negocios con el Estado Argentino, y la presencia dominante de las FFAA durante varias décadas. El ninguneo que hizo Franco Macri de su hijo triunfó como modelo sobre el ánimo de éste, seguido por una identificación con el agresor y la posterior competición por ser el mejor. El periodo presidencial de una década por parte de Carlos Saúl Menem, un oportunista capaz de vender a su madre al mejor postor, fue caldo de cultivo liberal del joven Mauricio, convertido en Presidente del Club Atlético Boca Juniors, el club de fútbol más popular del país, mientras Franco no paraba de hacer negocios con los Kirchner luego del 2002. De esta época, parte el encono final entre padre e hijo, sustituido hoy por una "reconciliación" entre ambos.Parece lógico este reencuentro entre maderos de un mismo palo. Sin embargo, a diferencia del progenitor Mauricio es poco avispado. Su idea de convertir el país en una empresa privada aupada en la globalización no es acompañada por un talento napoleónico. Recordamos el percance con su bigote postizo(imitando a su admirado Freddie Mercury), cuando debieron hospitalizarlo por habérselo engullido, y otras torpezas estratégicas.
La prensa Brasileña lo compara no sin razón con el candidato opositor de la extrema derecha local, Aecio Neves, favorecido por la fortuna familiar y la cierta celebridad de su abuelo oportunista (Tancredo).
Su posterior gobierno de la Provincia de Buenos Aires, presenta varias zonas oscuras, sobre todo las que competen al área social. Estima que la policía debe actuar con mano dura para resolver cualquier pleito "con la Libertad" y, al igual que el tucano Aecio,no pierde oportunidad de proyectar su patriotismo, gritando "Argentina, Argentina!!!" (Aecio lo hace con Brasil).Casado con una mujer joven, y empresaria (se menta que en sus talleres de costura se practica el trabajo esclavo), representa lo más mercenario de la lumpen burguesía porteña y nacional. Esa misma, entre la que el difunto Nestor Kirchner y su viuda, promiscua y millonaria, se movían tan bién, hasta que los negocios con China y la soja se vinieron abajo.
Este cambio de rumbo, anunciado por ella al designar como sucesor al "manco del espiante" (no el de Lepanto, tan ilustre para la posteridad) desvela el cambio de rumbo que completará Macri. Los tiempos venideros determinarán hasta dónde llega este nuevo ciclo en la Argentina.No será la fantasía republicana, con la que sueñan algunos desde su exaltado imaginario, sino, más bien otra novela negra, escrita por un país incapaz de generar talentos políticos cultivados y patrióticos, estrenando presidentes que deben irse antes de tiempo, a pie o en helicóptero, mientras los peronistas de siempre aguardan expectantes un nuevo turno de poder y expolio popular.
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