La consigna de "La Patria Amenazada" por la secesión catalana camufla de la "La patria vencida y enajenada ", del PP, Ciudadanos, el PSOE y el propio Mas, equivalente político y social del miserable Rajoy, que representa al socio menor de la oligarquía española en esa comunidad, y a la formación oligárquica que la corporiza desde el pujolismo y su banda de buitres leonados. La verdadera escisión en España la constituye gente que lo ha perdido todo, y quienes quieren a toda costa seguir esquilmando a los de siempre. Toda esta gentuza de la fauna política nacionalista, en sus ramas castizas y catalanas se llenan la boca proclamándose patriotas de un país intervenido por Bruselas y Berlín. Nadie de ellos menciona que la ruinosa economía española carece de chances para remontar mientras, por ejemplo, el año que viene se deban pagar 9.000 millones de euros, cumpliendo nuevos recortes. Por ahora los intereses de lo que se deba pagar han subido unos 15.000 este ejercicio.Las pensiones peligran por la reducción compulsiva del Fondo de Reserva y los bajísimos aportes a esa ventilada caja, mientras el paro se mantiene intacto y crece el trabajo precario por horas o días. No existe ningún plan de desarrollo, como no sea el de apretarse más el cinturón, en un territorio donde lo único que funciona, mal que bien, es el turismo, como en épocas de Franco. Éstas son muy cercanas.
El conflicto actual entre Catalunya y España lo han promovido las derechas extremas de ambos territorios, con una izquierda ausente o poco menos. La CUP es una del sector nacionalista que cree en la independencia como motor de un cambio político y social generalizado. Por esa razón bloquea la elección del oligarca Mas como President de la Generalitat. Su mensaje aislacionista está condenado al fracaso. Es minoría respecto de CiU y ERC dentro del conglomerado nacionalista, y aunque venza al "Hereu" del abominable Pujol y su mafia criminal, restándole votos para ser investido, terminará siendo vencida por rivales internos y externos. De momento,no han hecho ningún llamado de unidad a los asalariados vascos, gallegos o valencianos por reivindicaciones comunes con los catalanes, ante los destrozos sociales que fueron, y los que vendrán. De manera que juegan al juego de todos estos actores, herederos del franquismo sociológico y la desmemoria. Huir de la realidad a través de un imaginario patriótico de carácter minoritario y sectorial, aunque sea con programas de izquierda, conduce a morder el polvo. Además, con la penuria de la gente no caben alquimias, ni de derechas ni de izquierdas. Las víctimas de este juego actual son las de esta Europa cruel, despiadada y filonazi, en manos del dinero y las finanzas de unos pocos y sus socios locales. Los millones de damnificados por estas medidas crueles y retrógradas en este país vasallo, deben unirse, no separarse bajo ningún pretexto que provenga de la ceguera política y de cualquier rezago del pasado. El bonapartista Pujol y sus socios españoles han sembrado durante décadas una herencia maldita y hoy pasa esta factura, que no se debe pagar. La única solución equitativa a este ruinoso pleito es el referendo. Toda otra perspectiva soslaya el justo acuerdo en esta Nación de Naciones, entre una comunidad y el Estado.
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