EL HECHO PERVERSO DE LA AUTOCENSURA,Y SUS FRONTERAS CULTURALES.

El Pen Club y otras organizaciones defensoras de la libertad de prensa omiten el hecho perverso de países como España, donde la censura se desarrolla mediante fórmulas tramposas y diversionistas, que abarcan desde la prensa diaria hasta las editoriales de libros, frente a un público lobotomizado y muy poco cultivado, que hace más caso de la TV, o la radiofonía, ignorando la letra impresa. El tono que emplean escritores y analistas es el de la autocensura, vedando temas sociales y análisis políticos que realmente importan. Los recientes atentados en Francia han servido para disfrazar, mediante otro bombardeo de notas y comentarios, esta real dictadura de los medios, sobre el Estado de derecho y la amplia libertad de opinión. Para algunos vehículos virtuales reza una historia parecida, tolerándose ciertas audacias muy controladas. Pero la opinión que cala hondo por su averismo atrapante y objetividad, no existe. Aunque tampoco, hay que decirlo con todas las letras, la produce esa sociedad en su vida cotidiana.Otros apartados,aún menos gratos,documentan la ausencia casi absoluta de metáforas e ironía -la que existe es pedestre-, documentando hechos y deshechos. Leer es atractivo bajo ciertas condiciones, y estos aspectos, inexistentes en España, promueven el desinterés de la política como pugna encarnizada de voluntades, y su mejor consecuencia crítica.La elección de Macri en Argentina ahonda este sendero,pedregoso y estéril.