Que Argentina inaugure una época oscura no es noticia feliz.La prensa conservadora lanza sus primeras salvas festejando una victoria corta, pero de intenso significado político y social. Ellos van a por todas. Los jinetes del nuevo apocalipsis despuntan en el horizonte patrio con la vieja prepotencia y los deseos de venganza por el terreno perdido estos años. Yo he vivido esto en España. Allí, la gente autorizó el despojo popular continuado respetando una dudosa legalidad. El PP de extrema derecha había prometido un programa que incumplió al día siguiente de la elección.Desde entonces, la hoja de ruta local la escribió el Cuarto Reich y su panamericanismo doloso y sangrante. Macri y sus cómplices dibujan el suyo con la audacia de revanchistas avanzados. Tienen detrás décadas de apoyo a dictaduras militares y gobiernos espurios También masacres y terrores diversos, ejecutados con saña. El diario de los Mitre, el mismo que festejó el golpe de Videla y Massera desde el minuto uno, ha dedicado un editorial vergonzoso a la victoria electoral de la derecha. El presidente electo no se quedó corto y atacó a Venezuela, la bestia favorita de su amigo Rajoy y la derecha española. Se dice "republicano" en un país sin esa tradición, pisoteada desde septiembre de 1930. Yo deseo que los argentinos no toleren lo que toleraron los españoles. Y que cada atentado contra el Estado de Derecho y las libertades, sea respondido con vigor y espíritu de justicia, abriendo el camino da un país mejor. El que aspira a perpetrar el paranoico señor Macri no tiene nada que ver con esto.
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