Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 25 de enero de 2015

LA LETRA ESCRITA Y LAS HUMANIDADES EN EL DESVÁN



No hay clásico universal de la literatura que, en una forma u otra soslayase retratar el alma humana, sus cumbres y abismos, reflejando su tiempo.Incluso, en nihilistas absolutos como Proust, o con la parcialidad de Borges, negador constante de la realidad social, se documentan en sí mismos los rasgos de inteligencia y sensibilidad, ofreciendo caminos diferentes, para desembocar en las aguas, cristalinas o turbulentas, de obras maestras que sacian nuestra sed de conocimientos, a través de la letra escrita y el fluir de su narrativa. 
Creo que el genio puede intuir complejidades, que solo la experiencia convalida. Sin ella, permanece incompleto, y a menudo pendiente de realización. Al buen escritor, llenar renglones que le dicta la inspiración le ayuda a reflexionar, puliendo el empleo del abecedario y sus claras reglas ortográficas para volcar su talento. 
Este último es un punto capital para comprender el mundo, sus gentes, y el permanente conflicto de voluntades e intereses que tan a menudo suelen gobernarnos. El drama y sus diversas formulaciones es eso mismo, singularizado en los miles de millones de personas que poblamos el Planeta Tierra. Cada cual, víctima o beneficiario de su trama, las mas de las veces urdida por las circunstancias.Bajo el formato de prosa, poesía o bando, los que escribimos proyectamos la nuestra, a través de otros, articulando un discurso con variaciones temáticas, anchas o estrechas, y de localización. La calidad global de cualquier obra depende de cada autor. Sus lectores, no exactamente. Sin el medio adecuado que transmita los mensajes en la botella, se perderán mar adentro,hasta que el tiempo resuelva su destino final al pié de alguna playa habitada por seres sensitivos e inteligentes.
La Historia, certifica que las generaciones echan mano de aquellos elementos que precisan en lo inmediato. Ello explica que la mayoría de los textos actuales documenten la evasión masiva y de fácil digestión, a través de imágenes que no requieren esfuerzo mental alguno ni concentración, factores que, en cambio, exige la lectura profunda de textos, poemas o análisis meritorios. El nivel cultural es requisito decisivo para hacerlo, aunque en estos tiempos, y para desgracia de las humanidades, la oportunidad para que los jóvenes encuentren empleo o proyecten su futuro radica en las ciencias,cuanto más exactas mejor. Este fallo direccional explica la crisis que envuelve al Occidente desarrollado en la actualidad. Afectando en especial a Europa, cuna de la cultura moderna en los dos previos siglos. Si el camino es la reforma de este capitalismo voraz, y creo que en el apartado social lo es, será imperioso el retorno a las humanidades, nada contradictorias con la ciencia y la técnica sabiendo combinarlas.
De momento,los que pronosticaban el Final de La Historia seguirán frotándose las manos, bombardeándonos con fulgurantes imágenes de bajo contenido emocional, en tanto multiplican ganancias a costa del vacío cultural y la pobreza en muchos territorios. El remedio a todo este pandemonio conspirativo e intencional, es humano. Incluso los números lo son, solo en la medida que prioricen el bienestar social de las personas.
Y aunque por ahora pocos lo entendamos y siga la fiesta del olvido literario pensando en nada, continuaré nadando e contracorriente, mediante novelizaciones y pensamientos-puntualmente soslayados-, para mi deleite y el de unos pocos, que jamás abandonaremos la reflexión desde un ordenador, mientras la luz de la vida siga arrinconando las sombras que, para derrota de la inteligencia emocional, envuelven a tantas gentes.

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