Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 12 de enero de 2015

JE SUIS ESPARTACO



Ante todo, repudio el brutal atentado de París. Pero la intransigencia ante el terror requiere una matización. Si según Howard Fast, Dalton Trumbo y Staley Kubrick, todos los rebeldes eran Espartaco, yo no soy ni seré jamás "Charlie Hebdo". El esclavo libertario luchó contra el Imperio Romano, generoso en opresión y brutalidades. Perdió la partida, como tantos héroes. A cambio, se erigió en símbolo que sobrevive a los siglos. 

El magazine satírico francés, claramente lepenista, toma partido por el racismo, como buen vehículo de la extrema derecha. 
El odio racial es una de las formas más antiguas de terror. Hitler, consideraba todo lo que no fuera la pureza aria, una suerte de Bacilo de Koch instalado en el planeta, que debía combatirse hasta la extinción (de los judíos en particular), o mediante la imposición de una esclavitud semejante a la que imperaba en la antigua Roma. 
La invasión de Etiopía por la tropa fascista tuvo esa connotación y,de hecho fue aceptada por Francia, y, desde luego, por la Alemania Nazi,Gran Bretaña y los norteamericanos. Era el primigenio símbolo fascista de Benito Mussolini, rendido finalmente a la turbia fascinación del Tercer Reich, según su propia ley del más fuerte. Los semanarios humorísticos de aquella Italia ridiculizaban a los etíopes, tal como "Charlie Hebdo" hace con los islamistas.
El juego perverso de la dominación de pueblos "inferiores" para explotarlos mejor, es el lema oculto del racismo. "Charlie Hebdo" entró en ese juego de burla y escarnio con la excusa de combatir el yihadismo. Sin duda alguna, es una forma atrasada y bárbara de entender la religión, refrendada territorialmente por los ayatolás iranios en su versión musulmana. Pero a Occidente no le faltan turbias pasiones, aunque no sean religiosas. Con todo su lastre medieval de atraso y puniciones para las tantas versiones del pecado, y salvo en España, la religión católica no estimula guerras santas. Sin embargo, la pasión neoliberal es un credo vigente que empobrece, degrada, enferma y mata a millones de personas en los EEUU y Europa. 
Del bracete en París junto a la poco recomendable señora Merkel, sus principales mandatarios (entre ellos el genocida israelí y el sátrapa español) se han sentido "Charlie". De alguna forma, este cruel atentado sirve para que sus gobiernos endurezcan los códigos penales, aumentando el control policial de sus sociedades. Asi ocurrió tras el 11 S (recordad Guantánamo) y, más o menos así será para los mandatarios "Charlie". 
Marine Le Pen, jefa espiritual del racismo francés, estuvo ausente. Su carta ganadora pasa por capitalizar en su favor, y por la cómoda vía del sufragio, toda esa comedia burguesa de fingir lo que no se siente, a la vez que sus rivales aplican el terror social de la inequidad forzosa. 
Luego, ladies and gentlemen, prefiero continuar sintiéndome Espartaco, antes que "Charlie Hebdo".

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