Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 30 de junio de 2009

EL MANCO DEL ESPIANTE.

Daniel Scioli, nuevo Presidente del "Partido Justicialista" (desde tiempo atrás, un intangible).
No es peyorativo el titular. A Cervantes, el manco de [la batalla de] Lepanto, le debemos obras memorables, entre ellas el Quijote supremo. Al fascista, supremo Legionario y manco del espanto José Millán Astray [con un brazo y un ojo restados en los combates africanistas de Marruecos] , el ¡Viva la muerte!, salivado ante el valiente y sabio Miguel de Unamuno en Salamanca, tras la derrota de la República Española.
Ahora, al manco que gobierna la provincia mayor del mapa austral [ingloriosa víctima de un accidente deportivo, propio de la batalla de los ricos en pos de distraer ocios] le deberemos la retirada de Néstor Kirchner, perpetrada en el Partido Justicialista tras media hora de reunión entre Scioli y el gran perdedor.

Hubo espiante del patrocinador presidencial, y su beneficiario es este manco, rebelde al principio, amansado después, muñeco de paja hoy; cuándo las papas queman y a la pobre Cristina, divina morocha entrada en botox cárnico, le sube la fiebre de soledad.

Los que apenas ayer mandaban sobre cosechas, ahorros privados y haciendas, ensayan un pausado mutis por el foro.

Néstor creyó que la gente se conformaba con él y resulta que no. Piden más y no les dan; luego, proceden a votar, según la olvidada Constitución (que a efectos de voto funciona), y relegan al olvido.

¡Qué pueblo desagradecido!, pensará el ex dueño de la verdad. Y no es que amanezca la verdad en serio, esquiva merced al voraz peronismo. Pero una parte de lo cierto se validó ayer: la del descarte, y el consiguiente espiante, delegando fuero fatuo en el pobre Scioli, más pobre que nunca, dado el cargo, tan abrumador & fugaz.

Viene a ser cómo si lo hubiesen nombrado Gerente General del Universo desde una tapera.

Habitando el humilde espacio están los Kirchner, el matrimonio del patrimonio menguado, de cara al futuro.

Quizá la solidaridad peronista los salve de juicios y rejas. No sus aliados del intelecto y las gabelas. Éstos son como los perros que cruzaron la frontera de la humildad para adentrarse en los páramos de la servidumbre sin dueño fijo. Son claveles del aire cuando el aire ostenta copyright.

El límite que separa la virtud de la obsecuencia es una suerte de intestino delgado, siempre pasible de cirugía en estos cirujas del peloteo...

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