Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

jueves, 4 de junio de 2009

EL ENEMIGO DE LA BELLEZA Y LA VIRTUD.

Criatura de albañal oscura y soez, ensaya una vez más su gastada mueca promocional.
Lo hallaréis en el recipiente que recibe la caca envuelta de los perros, las latas vacías, las botellas llenas de orines y los preservativos usados en la penumbra del parque.
Cualquiera sea la forma que adopta el descarte supremo, le reconoceréis. Aunque no metáis la nariz en un pozo de aguas servidas, ahí es dónde hierven sus larvas por gentileza de nuestro código televisivo; más adaptado a las apetencias dinerarias de Silvio Berlusconi que a la premura por recalificar la cultura nacional.
Risto Mejide dimana la sustancia, el aroma y las formas menos higiénicas del container televisivo.
Ayer la emprendió de bote pronto con Manu Guix, nuestro juglar entre juglares, diestro en potenciar las notas de la música eterna, apartándola de las criaturas grotescas que el infame pergeña bautizándolas "producto".
Manu, de afinada oreja y gran voz desprecia las vocecillas chirriantes y desangeladas que promueve el felón, encarnadas por la tal Virginia (rebautizada "Labuat" en jeringoso) y ahora por el inocuo Pua.
De ahí que, el inventor de una cantante a todas luces imaginaria que hoy suelta grititos ininteligibles mediante letras y acordes que nadie compra, o el niñato impersonal fotocopiado de otros, derramase el rencor.
Se atrevió anoche con Guix porque le financian el insulto.
Para eso está, dispuesto a triturar la belleza; con tal de que crápulas como el Conde Lequio y la antigua actriz porno Miriam Sánchez elogien la crueldad y la locura en nombre de valores condignos con la indecencia chulesca y el puterío.
Investido de Júpiter tronante, Mejide no inventó la pólvora; ni siquiera el menos explosivo rol, copiado hasta las heces de otros shows europeos que riman por el estilo.
Marqués de la basura y la polución, echa lo que le resta sobre el escenario de OT.
Cada mañana, un digno recolector del municipio barre las aceras y asfaltos de mi pueblo llenando su carrito. Gracias a la labor, respiramos mejor aire. Con el trabajador nos saludamos en cualquier cruce.
De cruzarme con Mejide, sería menos afable.
En vez de recolectar basura, este otro esparce la que le brota de las entrañas.
Si a los de GESTMUSIC les queda un poco de dignidad -propia, claro está, de La Trinca y otros tiempos- aguardo regurgiten al microbio, saneando el espacio coral de los vecinos martes por la noche...

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