Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 25 de mayo de 2008

EL PULSO

En el interior del Partido Popular y sus aledaños arrecia la lucha por el poder.

Los comentaristas políticos señalan la derrota electoral como causa del pandemonio que envuelve a Rajoy y algunos próceres de la formación. Pero en verdad la mentada derrota, varada en los diez millones de votos, contra los trece que hacían falta y hoy pretende conseguir Rajoy en el futuro centrando al Partido, radicó en la torpe estrategia catastrofista seguida en previas instancias, patrocinada insistentemente por la Cope y El Mundo.

Los dirigentes del PP creían que las audiencias de Losantos y los lectores de Ramírez bastaban para llegar a La Moncloa, rebasando la estrategia de acuerdos y concesiones de ZP a catalanes y vascos. A ello sumaban la ausencia total de autocrítica ante los desaciertos perpetrados por el segundo gobierno de Aznar; en especial la decisión de invadir Iraq en alianza con George Walker Bush, Tony Blair y algunos otros belicosos menores.

Los intentos de culpar virtualmente al PSOE de capitalizar para su triunfo electoral el mayor atentado perpetrado por el terrorismo en territorio europeo fue pieza capital en esa ausencia absoluta de modestia política. No debe culparse de ellos a las falacias tronantes, ni al catastrofismo o los montajes que señalaban inexistentes conspiraciones derramadas a diario por
esa emisora y el periódico de marras. Ambos reflejaban el pensamiento del conjunto del PP; salvando el de Manual Fraga Iribarne y su mejor discípulo, Alberto Ruíz Gallardón.

Los que creyeron que bastaban unos saltimbanquis y juglares mediáticos para convertir en el Sigfrido de Los Nibelungos a quién entonces apenas daba la talla como el Don Matías de Doña Francisquita, se alzan ahora contra un nuevo Mariano Rajoy que, de valido de Aznar, pasa a la intención de ser validado por los barones del Partido como lider cabal.

El rol de Esperanza Aguirre, o el de María San Gil y Ortega Lara cubren la papeleta de heroicidad numantina con la que Losantos y Ramírez pretenden erosionar al jefe rebelde.
En la tarea les acompañan el displicente Rodrigo Rato (que presidió la declinación del FMI) y el tardo franquista Jaime Mayor Oreja. Salvando a la señora Aguirre, que cuenta con votos y aparato mediático propio organizado desde su despacho, en la presidencia de la Comunidad de Madrid, el tándem San Gil - Mayor Oreja son sinónimos de probada derrota electoral en el País Vasco.

No cabe duda de que Losantos es el autor intelectual de las manifestaciones contrarias a Rajoy (por cierto raquíticas) ante la sede del PP. Su formación doctrinaria leninista, aplicada hoy a conocidos afanes ultraderechistas, promovidos por sus propias taras personales, arroja, sin embargo, pobres resultados. También las elípticas declaraciones de José María Aznar y su Botella de agua mineral. El ex Presidente y jefe de la FAES es un insepulto cadáver político, al cual muchos barones partidarios no le perdonan el figurar en la nómina millonaria de Rupert Murdoch, ni su imprudente reiteración de convalidar la aventura iraquí y su millón de cadáveres, mientras ellos están dando su guerra política en el tajo.

Este adiós hacia quien fuera reconductor de la formación e inquilino de La Moncloa durante ocho años, respalda objetivamente a Rajoy quien, no obstante, se verá obligado a lidiar con rivales viejos y nuevos para, finalmente sancionar la inevitable celebración de primarias.

Tal es más o menos el reclamo de Esperanza Aguirre y algunos de sus soportes. Es decir que, por esas cosas de la vida, del sector más retrógrado y aislacionista del Partido surge una iniciativa que a la postre democratizará esta formación, cerrada y vertical hasta hoy.

En sí misma ya es una buena noticia para la democracia española.

Ante la misma poco importa el pulso entre la extrema derecha de los conocidos de siempre y el presente afán centrista de Rajoy.

Si bien creo, que él en perspectiva lleva las de ganar, convenientemente arropado por damas de carácter y buen rollo (entre las que destacan Soraya Sáenz de Santa María, Ana Pastor y María Dolores de Cospedal), cuenta con la buena imágen de Gallardón, Arenas, González Pons, y el Presidente valenciano.

El respaldo que Manuel Fraga ha brindado a este viraje, alentando en instantes críticos al Alcalde de Madrid no debiera ser ridiculizado hasta las heces por Losantos insistiendo en su pasado franquista. Sólo le falta refrendar el miserable discurso aquel de Joan Tardá, sosteniendo que "Tiene las manos manchadas de sangre". Otros las tienen llenas de mierda...
Una vez más los extremos se tocan.
Si el político gallego pasará a la historia como uno de los pilotos de la Transición; además de presidir La Xunta durante años, el histérico bufón de Teruel -asiduo visitante de los juzgados-será recordado como una mezcla de kamikaze y polichinela (en versión gore).

Que tengamos un provocador de su talante en una emisora de la Conferencia Episcopal enloda el prestigio de la Iglesia Española; además de revelar el penoso bajón cultural que padecemos. Igual opinión me merecen El Mundo y su Director; otrora defensores de la pluralidad de opinión y la transparencia política.

Hace apenas horas, un siempre contundente Enric Sopena nos recordó que el Ramírez del primer Aznar hablaba de Asimetría Federal, refiriéndose a España y sus comunidades.

Nada es lo que era y nada será lo que es hoy.

Ya lo dijo Rajoy:"Los tiempos cambian".

Lo importante en esta hora, es lo de siempre desde 1978: avanzar en la construcción de la democracia y su equidad social.

Por fortuna, el referido pulso que en estos días agita a una derecha necesaria, en términos democráticos, apunta en esa dirección.





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