LA ENTREGA VIRTUAL

Aún hoy se menosprecia la virtualidad, y su tácita ruptura con la prensa oral y escrita. Aquí somos varios los profesionales que entregamos conocimientos sin cobrar un duro. Hay cantidad de gente empleando su tiempo en brindar cultura y entretenimiento, por el generosísimo placer de hacerlo. Metidos en su burbuja, las editoriales y la prensa nos consideran marginales, cuando tras cada giro alrededor del sol, les consideramos más marginales a ellos. Publicar basura en venta requiere la voluntad de pagarla. Por esa razón, la clientela de estos prejuiciosos mediocres, otrora poderosos, baja sin cesar. Continuará bajando si no cambian el paso. Actualmente, en mi muro Face tengo amigos que se dejan la piel en la selección de imágenes extraordinarias, o bien ensayando comentarios muy atinados y bien escritos. La vitalidad que demuestran es asombrosa. Ellos son mucho más cercanos a nosotros (me refiero a mi mujer y yo) que la mayoría de articulistas y autores contemporáneos. Integran nuestro mundo y viceversa, en una conjunción estimulante como pocas. Si mis frases han menguado, se debe a que, una vez instalado en nuestro piso de Rio de Janeiro novelo más que antes. Que me lean o no en Kidle Amazon, no depende de mi. Pero no van a encontrar grandes diferencias de estilo, o nociones políticas y sociales alejadas, respecto de lo que hago a diario en este muro. Uno, por más que algunos intenten lo contrario, es el mismo en todas partes. Cambian el sitio o la extensión de los mensajes, no la esencia. Ni en mi caso la independencia de criterio, y una rebeldía crítica que acompaña estos maravillosos años de madurez, donde, a diferencia de los tiempos jóvenes y atropellados, el tiempo cobra el valor supremo de vivir intensamente un día más.