ARTISTAS O ZOMBIS

          Little Nemo in Slumberland. El arte mayúsculo de los domingos

No solo el arte literario pierde terreno frente a la imagen en estos tiempos de crisis cultural, moral y política. También lo hace la última, ante los devastadores efectos especiales y variados trucos virtuales. El arte de la cultura popular refleja esta decadencia como ningún otro. Los dibujos animados, fruto de equipos que se dejaban las manos y la piel en los viejos Estudios, no existen, y los cómics -principalmente los norteamericanos- parecen imprimir en serie prefabricada sus superhéroes, emulando los fatídicos Manga. Basta abrir cualquier álbum Marvel o DC/Warner para cerrarlo con precipitación. El traslado de este mal gusto a la pintura y el diseño llevan a que, auténticos artistas de enorme talento no ocupen el sitial que merecen. Algunos son fantásticos amigos de Muro en Face, y han ganado mi corazón. Quizá los storyboards del cine, la arquitectura o la publicidad, absorban esta cuota de talento sobrante en el seriado mercado artístico. Parte de mi formación se la debo a los grandes pintores y los artesanos de las sunday pages y las dailies norteñas. Al Tarzán de Foster o Hogarth, Flash Gordon, Terry y los Piratas, el Sargento Kirk, El Eternauta y The Spirit, o a las Sinfonías Tontas, Tom & Jerry, y etc. etc. Todos me enseñaron, desde su narrativa o los oleos sagrados del talento, a contar historias, a la par que Shakespeare, Dickens, Tolstoy, Chejov, Hammett, o Kafka, Borges, Bergman y Orson Welles. Todo esto pasó a la historia sin que lo reemplazase algo mejor. Sin embargo, soy de los que creen en el futuro desde el trabajo duro en el presente. Porque de no hacerlo, integraré el espacio zombi de los que siguen la voz del amo, el Hermano mayor o el FMI. Sí, como en la orwelliana 1984...