Esta casta oligárquica utiliza el Estado como arma arrojadiza para golpear a los asalariados. El partido Popular es el verdugo actual de la sociedad española. Ha excluido del consumo, la sanidad y la educación al 30% de los españoles, privándoles de trabajo y muchas viviendas. De paso los saquea en beneficio propio (así lo sostienen los partes del Juez Ruz) y el de las grandes corporaciones millonarias. La complicidad del PSOE en este alevoso y prepotente saqueo, parte de la alfombra roja que le tendió a los votos de Rajoy modificando la La Ley Fundamental, al priorizar el pago de la ilegítima deuda pública exterior. Ahora, ambas formaciones intentan perpetuar, valiéndose de una mayoría absoluta en Las Cortes, ya invalidada según demostraron las recientes elecciones, esta monarquía corrupta, prepotente y delictiva. Constituye la pieza fundamental de un sistema que prolongó demasiado tiempo los restos vivientes del franquismo, llevando a que en el país impere una de las mayores exclusiones sociales de Europa. La España actual se ha transformado en el rincón continental más oscuro del Tercer Mundo. Como en tantos territorios del mismo, impera la miseria, extendida junto a la represión política, la desnutrición infantil, constantes estafas a la vejez y los pensionistas, causantes de muertes prematuras en todas las edades.
El imperio del privilegio e impunidad llevan a que, por ejemplo, el robo por hambre de diez euros merezca una dura condena judicial, mientras el tribunal que dictó esta condena a una pareja pobre,libra de la cárcel a un conocido chorizo valenciano, frégoli político VIP, ladrón de los fondos destinados a países centroamericanos sumergidos en la miseria. Aquí muy pocos atracadores de guante blanco y corazón negro van a la cárcel. Ni siquiera a juicios, constantemente invalidados por trucos y maniobras que patrocinan los organismos oficiales.
Me temo que, como van las cosas, no sea posible cambiar este estatus de exclusión social por medios pacíficos. La violencia desde arriba es constante, incluyendo penas grotescas por "faltar a la Ley" durante las impresionantes manifestaciones populares, según los proyectos en marcha del Ejecutivo y su corte.
Los poderosos cuentan, además, con el respaldo de los organismos financieros internacionales y el IV Reich. El sistema controla los tres poderes. Todo indica que seguirá asestando pequeños golpes de Estado burlando la voluntad popular. La colaboración entre las dos jibarizadas formaciones, agobiadas por la mengua de votos, garantiza la continuidad de la función. El más reciente es la entronización en tiempo récord del retoño real. Ningún país del planeta enviará mandatarios, ministros, ni nada. Tal es el desprestigio del país actual.
Pero a ellos no les importa. Habrá más hasta el fin de esta horrible legislatura. Un paradigma universal de brutalidades y grandes destrozos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario