Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 7 de febrero de 2010

TODO ES IGUAL, NADA ES MEJOR.






Abro la columna con un apunte de Gomila sobre Discepolín, autor entre otras maravillas sociales del tango "Cambalache". Le siguen el ahora devaluado Cleto Cobos y por último, la diminuta imagen de un desangelado vástago: Ricardo Alfonsín.

Del memorable dos por cuatro extrapolo la frase que encabeza el post. La única diferencia es que el párrafo siguiente reza: "Da lo mismo un burro que un gran profesor", y ni Cobos ni Alfonsín jr. cubren la cátedra. O sea...

Que en la política argentina todo sea igual y nada mejore las perspectivas me lleva a equipararla con la española de estos aciagos días. Zapatero no da pie con bola; Rajoy tampoco y las encuestas lo reflejan. El partido Popular -que ya saca 6 puntos de ventaja al PSOE en intención de voto de celebrarse hoy las elecciones- aprovecha la tremebunda crisis que el Gobierno no atina a gestionar con eficiencia en estos pagos, pero su líder apenas supera raspando a un Presidente que hasta ayer encabezaba el ranking de la confianza pública. La novedad es que ahora Rosa Díez, desprendimiento sociata del País Vasco erigida en lideresa de un pequeño partido les supera a ambos. Lejos aún de haber agotado la legislatura y con mayoría socialista respaldada por alianzas con pequeños partidos nacionalistas regionales en las Cortes (hecho que torna imposible una exitosa moción de censura), todo dependerá de cómo el Gobierno responda en lo inmediato ante la falta de credibilidad que aqueja a España ante los organismos económicos internacionales y sus predadores salvajes, tipo Georges Soros.

Si se observa de cerca el cuadro argentino tenemos resultados más o menos semejantes. Los Kirchner padecen una gran erosión política sin que asome la cresta un liderazgo potente; o creíble siquiera que despierte alguna expectativa. En otros post definí a Cleto Cobos, con su pinta de jefe de la sección menajes en cualquier gran superficie, como una improvisación de la Historia, aunque no parece ser el único flan de gelatina que se sirve en la mesa. Ricardito, el junior, declara su apetencia de perpetuar la leyenda del padre desde el sillón de Rivadavia, pretensión que respalda el señor Ernesto Sanz, jefe de la UCR, desestimando a Cleto luego de que éste se alinease junto a su Presidenta y la partida del Néstor en la defenestración última de Redrado, finalmente reemplazado en el cargo por la señora Marcó de Pont, íntima de Cristina y cincuentona como ella, sin el bottox a la vista.

Lo que salva, por un decir, el drama austral del castizo son los números, fatales en guarismos de paro (4.500.000 perdidos en la nieve), endeudamiento disparado a extremos nunca vistos antes (el 15% del PBI) en medio de un gasto público insostenible, y el que la novena potencia mundial sea asociada a crisis como las que enfrentan Grecia y Portugal. Para muchos españoles comporta una catástrofe del orgullo nacional. Habrá que irse acostumbrando a aceptar la nueva realidad de ser una potencia en ruinas. Después de todo no somos los únicos en la rodada. Sí encabezando la destrucción de empleo sin perpectivas de revertirlo.
Si bien la sanidad gratuita y las prestaciones del paro aún amortiguan estallidos sociales de magnitud, las escenas de la vida cotidiana nos deparan sensaciones que los criollos conocen bien. Un inmigrante que muere asfixiado con medio cuerpo patas arriba dentro de un container callejero, buscando ropa o algo que comer; el atraco de un joven a cara descubierta, pistola en mano, en el pequeño banco de mi pueblo ante tres empledos, un servidor y su adorable yorkshire la semana pasada (salió muy agradecido con el botín, deseándonos "buenos días"); los atracos y desvalijamientos constantes en los bloques de pisos, o los niños nigerianos, magrebíes, etc, que te tocan el timbre pidiendo "un aguinaldo" o cacho de pan para ir sobreviviendo comportan un paisaje que suma nubes negras sobre el futuro local.
Faltan líderes con audacia, coraje y la preparación necesaria para abordar con un programa efectivo las catástrofes que nos depara este nuevo siglo en todas partes. Sino, véanlo a Obama, ese cazador negro de corazón blanco, como el de los Clinton y los jerifaltes de su Partido Demócrata. No es Bush, desde luego, pero tampoco mucho mejor dadas las circunstancias. Hasta ahora lleva desgastándose un año sin que ninguna de sus floridas promesas se cumpla. La política interamericana de la Casa Blanca permanece anclada en el pasado. El Pérfido -(perdón quise decir Porfiado); no, tampoco (¡caray con la edad!)- es Porfirio (¡éso mismo!) "Lobo" de Honduras, así lo demuestra. Lo demás son parole, parole, parole...

En buen romance, ladies and gentlemen, nada es mejor, todo es igual. Cuándo no francamente peor. Ante la duda, cabe que se lo preguntemos a los desdichados haitianos. El Apocalipsis o el Vudú llegarán si el Señor lo dispone...






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante libro. Lo leí en dos días. Gracias Joan por escribirlo

joan benavent dijo...

No hay mejor elogio a un escritor que decirle esto. Gracias Enzo,