Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 19 de febrero de 2010

LA MANIFIESTA OBSCENIDAD.


Arriba, Vincent Price y el pequeño hijo del científico transformado en mosca, observan la tela de araña en la que acabará su padre durante una escena del filme homónimo ("La mosca"(1958),de Kurt Newman.) Muy abajo, El ex José María Aznar alza el dedo dando por el saco a los estudiantes que le insultaban en la Universidad de Oviedo.
Tras calificar a ZP como "bombero pirómano" en su conferencia universitaria manifestó su obscenidad, olvidando que un ex mandatario no puede bajo ninguna circunstancia darse esos lujos. Mantener la compostura ante cualquier agresión es vital en materia de prestigio. Me viene a la memoria el Aznar que tras ser prácticamente volado el coche bilindado en el que viajaba por una bomba de la ETA, preguntó muy seguro de sí a sus custodios, cómo se encontraban.

Entre aquel candidato presidencial en ciernes y este otro, amargado y lleno de desprecio por sus rivales de la izquierda y los nacionalismos, media un abismo.

El poder transforma dicen, y es verdad. Pero las mutaciones dependen de la persona y su alquimia interior. La del antiguo inspector de Hacienda y virtual refundador de Alianza Popular en el PP, atravesó, tras ocho años de timón Estatal un tortuoso periplo neocón. Su amistad con George Bush y la posterior servidumbre a Rupert Murdoch dejó huellas visibles hasta en su físico. Antes menudo y normal; hoy vigoréxico.
Aznar me recuerda al pobre científico que se transformaba en una mosca de monstruosas dimensiones. Las de su ideología lo son desde tiempo atrás. El año pasado enunció tronante y justiciero que volvería respaldar la invasión de Iraq. Su Fundación FAES produce tesis belicistas y celebra convenciones que respaldan las posiciones más reaccionarias del Planeta, negando incluso el cambio climático.

En las diferencias que abren surcos entre varias figuras del Partido Popular, Aznar respalda e inspira a la Esperanza Aguirre de armas tomar, como candidata a desplazar el temulento liderazgo de Mariano Rajoy, señalando en José Luís Rodríguez Zapatero al destructor económico de España.
"Nadie"- ha dicho- "le hizo tanto daño", omitiendo el tremebundo escenario de una crisis económica mundial precipitada por las tesis "liberales" que personajes como él siguen defendiendo, pese a la que está cayendo en Europa y los EEUU.

No tengo dudas sobre la incompetencia que el Presidente está demostrando ante la crisis feroz, y la forma en que ocultó sus primeros síntomas con tal de ganar otra vez las elecciones. A la Maquinaria interna del PSOE corresponde igual responsabilidad.

Pero su absorbente líder no es el único responsable, ni el que peor reacciona en la emergencia. Pocos son por ende, los que hoy pueden ufanarse de remontar la cometa en el concierto europeo. Practicamente ninguno, y éso se lo salta el señor Aznar a la torera.

El dedo butifarrero revela, no obstante, algo peor que el mero arrebato o la descalificación. Sin justificar a los estudiantes que le insultaron, señalo su impostura, además de dejarle la pelota picando a su mayor enemigo, quien no dudó en aprovecharla para centrar el buen disparo al fondo de la red.

"No comentaré lo de un ex Presidente español fuera de mi país. Tampoco agregaré nada una vez en España. Que otros opinen."

Y lo que opina la mayoría canta claro. En materia política, la mutación de José María Aznar y la presente obscenidad repiten el destino final de la mosca fílmica, reducida al mínimo, y presa al fin de la telaraña y su voraz tejedora paisajística.
Para el caso, la Historia.

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