Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 14 de febrero de 2010

LA LARGA AGONÍA DEL SETENTISMO A LA CAL: FEINMANN, SACCOMANO Y COMPAÑÍA.



La pequeña mosca verde y el fabricante de bosta...

Vuelvo a Página 12 para comentar una reseña del señor Feinmann típicamente setentista. El que llamó "boludos" a los que administramos blogs en la red descorcha hoy una suerte de tango llorón, compuesto en honor del modesto escriba Guillermo Saccomano, reciente premio "Seix y Barral" por un cuentillo que le promocionó el adelantado ensayista Rodrigo Fresán, apoltronado entre nosotros desde hace unos años. Fresán, habitual en el periódico de los Verbitsky es otro mediocre al que poco y nada debe de memorable la literatura universal. Retorno al escritor oficialista y su nostalgioso dos por cuatro glosando las excelencias del "Guille" (así le llama, con ese cariño que se destina a las piezas menores que le rinden culto).

El sujeto ya era incluido en efigie comiquera desde las tiras diarias del "Loco Chávez" por el guionista Trillo y el adocenado Horacio Altuna, buen dibujante hoy entregado a menesteres rutinarios en "El Periódico de Catalunya". Mis recuerdos de Saccomano (con quien apenas crucé un saludo en Buenos Aires) se remiten a sus pobres guiones historietísticos que pergeñaba para las editoriales "Columba" y "Record " en los años ´70. Al respecto apunta su interesado panegirista.

"Empezó mal como guionista de historietas. Le llevó años sacudirse esa cruz".

No sólo empezó mal. Sus tramas eran violentas como las precisaban los jerifaltes de Columba y Record. Pero a diferencia de las que urdían Robin Wood y con bastante menos habilidad el miserable comisario Zapietro (alias Ray Collins), carecían de originalidad. Eran historias estúpidas y esa fue su cruz verdadera, derivada desde tiempo atrás al campo literario, ya instalado en Villa Gesell.

Recuerdo que, enseñando Historia del Comic y el Cine desmenuzaba ante mis alumnos la estructura de ciertos guiones que se publicaban entonces. Los del "Guille" estaban a la altura de aquellos que urdía el patético Jorge Morahin; o sea...

Sólo le gustaban a cierto alumno bastante reaccionario, que al fin y al cabo resultó ser hijo de un juez asesinado por la guerrilla. Saccomano disfrutaba del favor de semejante público que, por otra parte es el que financiaba desde el quiosco las ediciones de "El Tony" y "D´Artagnan", "Fantasía" o "Skorpio". Eran historias violentas para consumo de policías y represores, o gente que aplaudia las masacres de la "Triple A" y las posteriores del "Proceso", mientras Oesterheld, hoy llorado por muchas "viudas" del sector era secuestrado y tras unos años de cautiverio asesinado; asunto que ni Saccomano desde las pasulonas tiras de "El Loco Chávez", o Trillo y Altuna comentaban.

Siguiendo el compás del interesado protector del primero:

"Guille es uno que admira a Oesterheld. Que si no es peronista por ahí le anda. Que habla del pueblo, del hambre, de la explotación, del bombardeo del 16 de junio, que detesta a Victoria Ocampo, que dice que no puede separar al Borges escritor del Borges hombre, que firma solicitadas"; etc.etc. O sea, un "compañero"...

En estos setentistas del perejil hay una deliberada intención de sepultar lo útil de esa cultura. Cómo si la Historia verdadera naciera con ellos y su interpretación de los avatares que la desarrollaron hasta hoy, siendo lo demás descartable. Es algo que ya apunté sobre Sasturáin y su torpe agravio dirigido al malogrado Lino Palacio, tachándole de "oligarca". Este otro indocumentado y cerril personaje, es quien hoy prosigue dirigiendo la reaparecida revista "Fierro" en oficiosa compañía del insustancial Repiso (Rep), otro Maquiavelo de las rebajas.

Me cuesta admito, escindir a Borges de su reaccionarismo contumaz, aunque no puedo negar la excelencia de su prosa y una serie de observaciones sobre la vida y ciertas conductas muy útiles para cualquiera que sepa apreciar el buen decir. De no haber existido Victoria Ocampo la literatura argentina tampoco hubiese triunfado en Europa (incluyo a Borges, aunque además a Cortazar y otros escritores suramericanos).

En realidad, a tenor del articulo de la fecha Feinmann se sirve de su accesorio chambelán para despachar a gusto y paladar rencores, contra la pretenciosa Beatriz Sarlo y en parte hacia David Viñas (más quisiera él parecérsele en algo).

La encendida defensa de Néstor Kirchner está (¡faltaría más!) presente en algún renglón del bando, escrito de noche, como acostumbra a señalar el susodicho (y realizan los murciélagos, colgados cabeza abajo, o sobrevolando los campos y grutas en busca de sangre fresca). A mí, la señora Sarlo no me va ni me viene. Es una escritora (y filósofa) "arrepentida" al servicio de Carrió y el antikirchenismo que sostienen "La Nación", "Clarín" y las ediciones de "Editorial Perfil". Una cuerda que María Seoane gasta desde el oficialismo funcionarial tras una carrera digna de Yatasto.

Son los dos simétricos polos de siempre que no despejan el cielo de negros nubarrones sociales y políticos. Ya lo señaló horas atrás Martín Caparrós, flojo escriba aunque buen observador:

"El proyecto de la derecha se vale tanto de los Kirchner como de sus enemigos. No veo la diferencia"

Retrocedo hasta Saccomano para admitir que poco he leído de su más reciente oficio, y nada de lo catado me satisface en lo más mínimo. Feinmann y él, junto al conglomerado que alimentan los señores Verbitsky (es uno, aunque debidamente clonado en varios) integran el friso de una generación nostalgiosa de los años ´70, blanqueada a la cal.

La represión feroz y una sociedad desquiciada que buscaba en el pasado símbolos imposibles de restaurar por la vía de Juan Perón, o quienes lo sucedieron, sin o con charreteras, blanqueó a la cal la generación intermedia que sobrevivió a la masacre y el dolor. Sin ejemplos heroicos a mano (la mayoría de escritores, periodistas, obreros y estudiantes honestos que no sabían manejar siquiera una pistola fueron asesinados por el solo hecho de disentir con los sicarios de Perón y los militares asesinos) muchos supervivientes se adaptaron al soplar del viento. Los Kircher & asociados representan esta moral desde el poder.

Sus literatos y dibujantes escriben y trazan este imaginario embelleciéndolo en lo posible mientras la miseria avanza por doquier y unos pocos se enriquecen al amparo de prebendas y fidelidad. Así ha sido desde antes que la parejita de usureros manejase los asuntos de Estado, y a ellos han servido fielmente los trasnochados soldados de Perón desde entonces...




1 comentario:

Jack Celliers dijo...

Pero caramba, qué interesante. Lamento no haberlo descubierto antes.

Saludos.