Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 21 de julio de 2009

OTRO REPRESENTANTE DE LA PREPOTENCIA OLIGÁRQUICA.

Roberto Micheletti: El golpista de andrajoso disfraz democrático.
Las críticas a Hugo Chávez o Mel Salazar no me impiden ver el bosque oligárquico que pueblan sus enemigos. Pasaba igual con Perón. El grueso de sus opositores eran canallas, providencia que demostraron con creces tras derrocarle en alianza con la fracción antiperonista del Ejército y el grueso de la marinería.

La represión oficial en Honduras -a cargo de la soldadesca- recuerda aquél otro derrocamiento, conseguido a sangre y fuego. Chávez consiguió evitar el estropicio merced a sus fieles oficiales, comandados por el hoy apestado Isaías Baduel.

Entonces, los jerifaltes de la "Fedecámaras" cumplían el rol que hoy cumple a pie juntillas el miserable Micheletti.

La gestión del Presidente costarricense -y Premio Nobel de la Paz- Oscar Arias no dio los frutos esperados. El ex jefe del Congreso, hoy mandatario de facto, no se aviene a arreglo alguno con quien juzga peón geopolítico de Hugo Chávez.

Esa incuestionable verdad oculta otra más siniestra. La irritable oligarquía local no soporta experimentos reformistas, por más tibios que sean. El drama hondureño radica entonces en las hondas raíces del pasado y una tradición conservadora facilitada por la pequeñez del territorio.
Salvando al hoy exiliado y su equipo, en el que destaca su batalladora mujer, encabezando a los manifestantes en las calles de Tegucigalpa, no hay una alternativa a la caverna, como la hubo, por ejemplo, en El Salvador.

En la Argentina de 1955, una vez fugado Perón, los "gorilas" de la caverna selvática refrendaron lo que ya indicaban los luctuosos bombardeos de junio, vistiendo lienzos "democráticos", con la represión a mano y los tanques bien artillados. Durante años, ellos y sus aliados civiles sancionaron puniciones de oscura letra.

De haber triunfado el golpe contra Chavez se hubiera repetido la historia. La de Argentina en el ´55, la de Chile en 1973, la de Honduras hoy.

Ello, a pesar de las autocríticas proclamas de Barack Obama juzgando el caso, los esfuerzos de Arias y el aislamiento objetivo del gobierno espurio en el concierto americano. Parece claro que el modelo democrático que favorecerá Washington es el colombiano.

¿Y la CIA? Bien, gracias, poniendo la voluntad para que en América Central su gobierno no pierda más amigos fieles.


No hay comentarios: