El morro de un manipulador quintacolumnista del diario argentino Clarín. El prototipo de ejemplar decrépito y perturbado.
Daniel Muchnik, siervo actual del todopoderoso Héctor Magnetto, es un amigo del poder actual en la Argentina. Articulista de pulso semanal, administra un blog ("Detrás del Telón") en el mejor estilo de los antiguos patrones de estancias. Licenciado en Economía e Historia, conferencista, escritor y profesor, esquiva puntualmente criticar a su patrocinadores y amigos.
Quienes colaboran en su espacio vía internet se avienen a ponderar sus constantes exabruptos, matizados por demagógicos cariños y algunos azotes del jefe. Actualmente, el delirio que aqueja de continuo a esta víctima de la deformación profesoral y espiritual, le han llevado a nombrar un "Embajador" argentino, residente en España desde hace algunos años.
Este otro pájaro leyó por casualidad mi primer tomo de Perón, quedando conmovido. Le pasó a unos cuantos, pero en él operó el deseo irrefrenable de comunicarle el peligroso hallazgo al "maestro".
El mismo acusó recibo, pasado a otros asuntos. Sin embargo, el legatario insistió. Por toda respuesta, Muchnik desconoció mi existencia y la del libro (que en realidad son dos). Advertido de la circunstancia giré el segundo tomo en PDF al felón, para que se enterase.
Igualmente previno a su séquito el no estar dispuesto a relacionar a Perón- y menos a un libro que no es capaz de escribir- con ningún tema. Luego negó haber recibido el texto. A esa altura yo ya terciaba con algunos post revulsivos, alborotando el gallinero.
Su terquedad negándose a abordar lo que todo el mundo discute en la Argentina de hoy desvela raíces patológicas, y un miedo especial a que lo echen del periódico (más o menos oficialista, aunque no tanto en los últimos tiempos).
Mi intervención peleona y la conmoción de "su embajador" (un tal Mauricio, para más señas residente en Galicia y devoto del PSOE) multiplicaron sus miedos desatándole el cordón de la ira.
Si algún visitante de este blog desea inspeccionar las alternativas que las últimas horas desataron la histeria en este viejo carcamal, simpatizante de la dictadura cubana y el populismo kirchneriano (según cuadre a Magnetto), podrán calibrar los modos que gasta con sus sirvientes, repasando el artículo sobre "El escrache" y los comentario interactivos que le siguen.
Allí asoma con todo relieve la catadura de un sujeto levitante que opera como monarca absoluto en su feudo de papel.
No se requiere ser peronista para encarnar la intolerancia y el absolutismo.
Muchnik, de vasta trayectoria en los medios, es otro de los gerontes que, de un modo u otro puso el hombro en la consecución del desastre nacional.
Sus malas cualidades son el reflejo de una trayectoria infecunda, que proyecta las frustraciones de hoy...
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