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viernes, 16 de octubre de 2015

GRETA GARBO. EL DOLOR DE LA ESFINGE

    Portada Kindle de "Greta Garbo, el Dolor de la Esfinge". Un libro de investigación sobre la emblemática intérprete y la industria de Hollywood, que reúne la vida, los azares y todos los metrajes que ella protagonizó desde sus comienzos artísticos en Suecia y Alemania, tras abandonar una infancia y primera juventud en las que debió esforzarse para superar la pobreza de origen, vivida en los barrios suburbanos de Estocolmo. Pese a que su número de filmes fue inferior al de muchas de sus contemporáneas, las aventajó en esplendor y fama mundial. Garbo fue la intérprete favorita de Jorge Luis Borges y otros representantes destacados en la esfera cultural. En este trabajo, una de las biografías iniciales que abordé a comienzos de este siglo, se comparan labores meritorias de la actriz con el texto original de dramas como "El demonio y la carne", Anna Cristina", "Como tú me deseas" o Anna Karenina", marcando realidad y distancias con "La Dama de las Camelias" y su original, o "La Reina Cristina de Suecia", intento bastante cercano a un cierto reflejo de la realidad. El giro hacia la comedia fue inicialmente, brillante mediante la sátira antiestalinista "Ninotchka", donde por primera vez reía en pantalla. Fue su penúltimo filme, seguido de otra comedia, esta vez desfavorecedora de su imagen, que marcó un retiro prematuro del que no regresó jamás. 
    De condición bisexual, claramente inclinada hacia su propio sexo, fue amante ocasional o permanente de otras actrices y figuras del espectáculo. Ello no le impidió, sin embargo, mantener un tórrido romance con John Gilbert luego del desembarco en Hollywood, junto a su descubridor sueco Mauritz Stiller. Contratada por la Metro Goldwyn Mayer, a la sazón estudio de mujeres, que potenció de inmediato el filón descubierto en ella,vendiendo su imagen cautivadora en Europa y América del Sur, alcanzó franjas cultivadas de público, a diferencia de otras luminarias locales. El resto de su larga vida vivió entre Europa y los EEUU, como una prematura jubilada de la pantalla, sin que cuajara algún intento por devolverla a ella.

    Comentarios
    Joan Benavent
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