Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 12 de septiembre de 2014

LA MEJOR VICTORIA POSIBLE



Ayer dos millones de catalanes manifestaron en gigantesca letra V su derecho a decidir. En su deriva, puede decirse que el régimen sucesor del franquismo ha conseguido, pasito a pasito, separar a los catalanes del resto de los asalariados españoles. Basado en la desmemoria y la negación hecha Ley, del juzgamiento a los asesinos fascistas de la Guerra Civil y su oprobioso triunfo a través de una cruel dictadura, se fomentó el llamado catalanismo, cediendo a un delincuente, hábil y reptante, el destino posterior de la Autonomía. Años de robo generalizado en toda España autorizaron en Catalunya enormes despojos del dinero público. La crisis económica llevó, sin embargo, al destape de toda esa delincuencia, organizada entre grandes formaciones nacionales y otra autonómica con grandes corporaciones y empresas medias luego enriquecidas. Unos denunciaron a otros para salvar la ropa, valiéndose de denuncias mediáticas. El resultado final de fomentar la división en la sociedad civil del Estado para reinar todos impunemente, y sin mayores problemas, se vio este 11 de Septiembre. Crítico no sólo para el centralismo del régimen. También el soberanismo y sus franjas independentistas padecen sus efectos. Los partidos catalanes son taifas comandadas por ladrones como los de CiU, advenedizos oportunistas como los de ERC, junto a una izquierda posternada ante el nacionalismo endógeno. Sus rivales centralistas del PP, Ciutadans, y el mortecino PSC, son tan miserables como ellos. Entre tanto, la Generalitat continúa en manos del pujolismo y el esbirro Mas, cumpliendo su papel de puta y Ramoneta,aplicando las recetas económicas de Merkel & cía, que desarrolla Mariano Rajoy, y con variantes propone el PSOE. Ya lo dije en un artículo meses atrás, si los catalanes no se independizan de esa caterva, de nada valdrá un estado independiente, porque al fin será vasallo, con su lengua propia, los entrañables símbolos y todas esas cosas.
Nada separa a un desahuciado catalán de otro, en cualquier punto del territorio. O al parado, asalariado precario, y habitante de cualquier edad y color, que padezca los efectos de medidas criminales y retrógradas hoy imperantes. Eso no lo tuvieron en cuenta los soberanistas de la letra V. No cuestiono un referendo. Cualquier autonomía tiene derecho a manifestar su voluntad.Y en el citado caso se ha manifestado muy masivamente.
Pero para que esa letra, dibujada ayer entre calles y plazas, cobre el auténtico significado victorioso, los explotados y los habitantes dignos que anhelen justicia social en esta tierra, deben unirse mediante un programa de clase, no de nación. Es no sólo la única salida posible, sino la mejor.

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