miércoles, 6 de noviembre de 2013
LA MAGNA HORA DE BUFONES Y VERDUGOS
Hay periodistas lúcidos como Gabilondo que definen a Wert como un outsider que va por libre en este gabinete de lobos feroces con los asalariados y los pobres (dos términos a punto de realizarse sinónimos entre nosotros),u ovejas ante los ricos de aquí y acullá.
Aquí es donde le falla la lucidez a Iñaki, porque en el elenco patibulario que preside el magno verdugo, señor Rajoy, no hay personajes independientes. No los hay empezando por él mismo, un mandado de Belín, Bruselas y la Troica, es decir la europandilla salvaje.
Wert obedeció una vez más a Rajoy, Montoro y Guindos, los quislings políticos y económicos que reigen nuestros destinos en propio y ajeno beneficio. Ya un par de veces comenté que el fascista más aullador de la manada era, más que ministro, un asesor personal del presidente plasmado y el resto de coleguis. Los melífluos eufemismos que disfrazan tan mal los destrozos oficiales en boca de cada irresponsable ministerial, nacen del cerebro febril del ex jefe de la Consultora Demiscopia. Como premio agregado se le toleran sangrantes iniciativas contra los ámbitos de su area; esto es, la cultura. Todas ellas, incluída la Ley que lleva impresa el nombre del felón en su malaentraña, implementan recortes concomitantes con la tarea emprendida en Sanidad, Educación, Pensiones y un vasto listado de prestaciones sociales.
Hace no mucho, entre los gallos y medianoches que instauró el repago de medicamentos esenciales para enfermos graves sometidos a tratamientos, se anticipó esta sucia maniobra con los estudiantes que disfrutan de los pocos euros que proporciona la Beca Erasmus.
De momento, sõlo dse momento el gobierno reculó. No crean que fue Wert. Siempre resultó un mandado abyecto, lo que llamamos lameculos de gente poderosa a la que alfombra el paso con su baja estima.
A diferencia de la silenciosa y elusiva crueldad de Rajoy, la estólida de Ana Mato, la bufonesca de Montoro, o la francamente tronta de Fátima Bañez (citando características de unos pocos miembros de la bárbara gavilla que nos oprime) Wert exhibe con impudicia y desdén su naturaleza salvaje. Parece deleitarle ser odiado por multitudes a las que previamente infligió tormentos. Es por ello que no se oculta, como otros hacen, sintiendo lo mismo que él. Esto no hace más que desvelarnos su vedetismo criminal de muecas torcidas y ridículas. Una mezcla sadomasoquista rara vez observada en las esferas oficiales de los últimos treinta y cinco años.
En verdad, nada es casual en esta triste época de noche y niebla. En las historias de terror, los Hyde o Jack The Ripper desempeñaban un papel protagónico estremecedor. También en la vida real lo hacen, en forma manifiesta o velada. Pero a diferencia de los asesinos más terribles que registra la Historia, los seriales incluso, existen malos gobernantes que ensayan verdaderos genocidios sin disparar un tiro, auxiliados por la mayoría absoluta y un gran desenfado.
Les suena, verdad?
Wert y sus patrocinadores son de la especie citada, y no están solos en España y Europa. Nos basta con salir a la calle, conversar con el vecindario, o leer un periódico para comprobarlo. Seis millones de parados y muchos desahuciados, o jóvenes sin futuro lo están viviendo en sus carnes.
Me pregunto cada día hasta cuándo...
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